Ahora que las próximas elecciones deben ser oportunidad para revisar comportamientos políticos para decidir el sentido del voto, los electores deberán examinar con cuidado la reciente crisis estallada en el DF por la Sección 22 de maestros de Oaxaca porque los enredos salpican a la oposición:
1.- La 22 opera con total impunidad en Oaxaca porque cuenta con la complicidad del gobernador Gabino Cué Monteagudo, quien le debe la elección del 2010 al acarreo de votos magisteriales.
2.- Pero Cué fue candidato de la alianza PAN-PRD-López Obrador y los partidos satélites chicos. Por tanto, esas organizaciones son de muchas maneras corresponsables de los desmanes de la 22 que cuentan con el aval del gobierno del estado.
3.- Las actividades de la 22 en la Ciudad de México se realizan con el apoyo político del PRD de Los Chuchos porque es el partido que nominalmente sostiene a Cué en Oaxaca y ganó el GDF.
4.- El único problema que tiene la 22 en la Ciudad de México es el comportamiento institucional del gobierno de Miguel Ángel Mancera, quien ha puesto como prioridad los intereses de los capitalinos y no los del PRD de Los Chuchos.
5.- El aval de López Obrador a la 22 es más que obvio: del grupo lopezobradorista y su “secretario de Gobernación” Marcelo Ebrard Casaubón han salido los apoyos para las movilizaciones, como del GDF de Alejandro Encinas y Ebrard como jefe electo de gobierno dieron el sostén para el plantón del 2006. Ebrard quiere ajustarle cuentas a Mancera por las revelaciones de las irregularidades de la Línea 12 que tienen a Ebrard a medio paso de una acusación penal y ya ensuciada su nominación a una candidatura a diputado.
6.- Pero el PAN también aparece en el enredo del quesillo magisterial oaxaqueño. El PAN se alió al PRD para impulsar a Cué en Oaxaca, pero Cué traicionó al PRD y al PAN para quedarse nada más con López Obrador. Por tanto, a la hora de la votación legislativa de junio próximo también habrá que cobrarle al PAN la factura del caos y la violencia de la 22 por su apoyo tangencial vía Cué.
7.- Para deslindarse de su corresponsabilidad con Cué y con el enredo oaxaqueño de la 22, el PAN ahora quiere endosarle la paternidad de la 22 a López Obrador, como lo declaró el martes el senador ex priista-neopanista Javier Lozano Alarcón. Sin embargo, el PAN le debe a sus electores una explicación política de su apoyo aun ahora a Cué y por tanto su corresponsabilidad con los desmanes de las 22.
8.- La crisis Oaxaca-PRD de la 22 ya tomó el camino a Puebla: ayer también el partido de López Obrador, acompañado nada menos que por el senador petista y neomorenista Manuel Bartlett Díaz -sí, el mismo del fraude electoral de 1988 contra Cárdenas para beneficiar a Carlos Salinas de Gortari-, se presentaron ante la salinista CNDH para acusar al gobernador poblano Rafael Moreno Valle de represión. Pero Moreno Valle es gobernador aliancista del PAN y del PRD; al final, López Obrador quiere quedarse con la plaza poblana.
9.- En este sentido, la 22 no es más que la punta del iceberg de una red de intereses políticos que mantiene en jaque la estabilidad política de la república y que provoca rupturas en la vida cotidiana de los capitalinos que laboran y que tienen que lidiar con las marchas, plantones y protestas. Y en el largo plazo, la 22 quiere apropiarse de la política educativa para la formación de cuadros para la rebelión y la revolución.
10.- Todos estos partidos, élites, grupos y corrientes que están involucrados en el apoyo político a la 22 y a la CNTE en estos años participarán en las elecciones legislativas de junio próximo y el elector sabrá si los premia o los castiga.