En la tarea de reducir las tasas de consumo y aumentar la edad en que los adolescentes mexicanos se inician en el consumo de cigarro, alcohol y drogas, la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) probará una nueva política mucho menos blanda de la mano de su titular, Manuel Mondragón y Kalb.
En entrevista con 24 HORAS, Mondragón advierte que, en el pasado, México era considerado un país productor y de tránsito para los cargamentos de droga destinados a Estados Unidos, sin embargo, actualmente el consumo ha aumentado en nuestro país.
Para combatir este fenómeno, el también ex comisionado Nacional de Seguridad Pública busca “convencer” a los gobiernos estatales y el sector privado para que todos cumplan con la parte que les toca en la batalla contra las adicciones.
Para ello, la Secretaría de Salud publicó un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 12 de enero, para darle más armas a la Conadic, quien ahora debe normar y evaluar las políticas nacional y estatales de prevención y control de adicciones y, si no funcionan, proponer cambios.
¿Cómo se le dan a Conadic sus nuevas atribuciones?
Conadic tiene más de 29 años de existir, comienza en 1986, cuando no había ninguna instancia para analizar y tratar de resolver o acotar la demanda, el Procurador General de la República nos pide que esto se hiciera en México. Al principio se hicieron trabajos muy interesantes pero después, empezó a caer en la medianía, no se hizo lo que se debía hacer y los problemas de demanda empezaron a crecer.
Cuando estaba yo en la PGR nuestro discurso era: “México es un país de tránsito, productor de mariguana y amapola pero de bajo consumo, tenemos que hacer la labor”. Hoy ese discurso no va: somos de tránsito y productor pero ahora estamos consumiendo más drogas y más peligrosas.
¿Cuáles serán estas nuevas atribuciones?
Vamos a impulsar la participación ciudadana, a tener vínculos con todas las instituciones de gobierno y privadas. Todos tenemos una responsabilidad. En el gobierno, abrir las acciones de sensibilización para los niños y la juventud y darles la información conveniente y necesaria.
Pero información sí hay, ¿no?
No basta. Primero hay que revisarla, si es adecuada y completa, si se está proyectando. Si así es, necesitamos redoblar acciones y corregir esfuerzos.
Vamos a responsabilizar a toda la gente de lo tiene que hacer. En Conadic somos 300 trabajando: no puedo investigar, prevenir, informar, enseñar… necesitaríamos 5 mil o 50 mil ¡no es el caso! Necesitamos que todos hagan su trabajo, los gobernadores y los presidentes municipales. Empezaremos con 200 ciudades de todo el país que tengan mayor incidencia demográfica y mayor índice de riesgos; fuera del sector gobierno hay que ir con empresarios, universidades, investigadores… si no trabajamos con ellos nos vamos a quedar cortos.
Llevamos años escuchando esta información…
¿Que si vamos a repetir lo mismo? Ese discurso ya no convence a nadie. Lo más que podemos alcanzar en una conferencia es que a algunos a lo mejor les entra, pero a las dos semanas o al mes ya se les olvidó. Necesitamos una forma de accesibilidad, una línea de convencimiento para lograrlo. Hay que hacer labores también coercitivas: decir “no te conviene tomar”, pero también te vamos a poner el alcoholímetro en todo el país y además voy a ir a los antros que tienen la venta de alcohol a menores y los vamos a cerrar… ¡vamos dando y dando!
Pero esa industria, la restaurantera, es muy fuerte, ¿sí se va a meter en problemas con ellos?
Pues sí, pero más fuerte es la responsabilidad del gobierno con los padres de familia y la salud de la gente, que cualquier interés. Yo no voy a ser un policía, ya lo fui, ahora voy a ser un médico. Voy a actuar con mano firme a través de alianzas con Cofepris y la participación ciudadana.
Vamos a tener una línea lista para que las personas llamen y si tienen un enfermo o un problema en su casa, yo le pueda decir qué hacer; si tiene informe confidencial sobre venta de productos inadecuados, lo voy a tomar y voy a ir a las áreas que deben de resolverlo. Yo no lo voy a hacer, posiblemente sí en lugares donde me asista la ley como autoridad sanitaria y como autoridad no habrá pero que valga; trabajaremos con gobernadores, delegados, presidentes municipales y Secretarías de Seguridad Pública.
¿Cómo va a presionar a los gobernadores y a los presidentes municipales para que se pongan las pilas?
No los voy a presionar, los voy a convencer, pero sí voy a ir con ellos y les voy a decir “¿Hacemos esto? ¿Sí? ¿Por qué no le firmamos?”, estoy esperando una reunión con la Conago, no vamos a presionarlos, sino a convencerlos de que hagan su trabajo porque ellos tienen todos los instrumentos… ¡aplíquenlos por Dios!
¿Cómo van a convencer a los chavos?
Tenemos muchas cosas en contra con las que hay que luchar: información, facilidades, desquiciamientos, falta de participación y corresponsabilidad de los padres de familia. La familia mexicana era el bastión más importante para la protección de la gente, pero ahora está dejando de ser ese ejemplo de núcleo social.
Vamos con los adultos: no quiero que regresemos al siglo pasado, pero hay que tener los pies en la tierra y saber cómo enfrentamos las cosas hoy. Hay que hacer cosas porque si no vamos a terminar en un libertinaje, lo vemos con la edad de inicio de las drogas ilícitas y lícitas: lo que antes era a los 20 años lo vemos hoy a los 12.
El otro día que el presidente dio el banderazo a la estrategia nacional contra las adicciones, pensamos que sería interesante poner a un menor de edad adicto en fase de abstención, se lo pedí al director general de tratamiento y en 20 minutos tenía yo cuatro candidatos de entre 13 y 16 años, yo pensé que no sería fácil pero ¡no hubo problema en encontrarlos!
¿Se va a sentar con los empresarios?
Con todos, con alcoholeras, cigarreras, con todo el mundo. En asuntos internacionales no dejar ningún hueco y que sepan cuál es la posición de México. Hoy que tanto se debate la legalización de la mariguana, tenemos un país en el norte que en términos federales está en contra pero en 23 estados están autorizando con el pretexto del uso médico, que es un pretexto para que definitivamente sea recreativa… al rato van a pasar la cocaína y van a pasar todo.