El presidente Enrique Peña Nieto reconoció que a pesar de los resultados obtenidos por la Cruzada contra el Hambre, todavía existen ciudadanos “que no sólo viven en condiciones precarias por tener un bajo ingreso, sino lo más lamentable y lo más triste es que no tengan garantizado su abasto alimentario”.
Ante ese escenario, de gira en Santa Rosa Jáuregui, Querétaro, afirmó que la meta del gobierno federal es llegar a “30 mil comunidades esparcidas y alejadas de los centros urbanos, en donde no tenían acceso a algún programa social y, sobre todo, estamos apoyando ahí con la introducción de servicios básicos”.
Otra de las estrategias para combatir la pobreza alimentaria es “ampliar el padrón de beneficiarios del Programa Prospera, que es el más importante y que es una evolución del anterior Programa Oportunidades, pero que hoy tiene nuevos componentes”.
Explicó que la nueva política social del gobierno federal busca “romper el asistencialismo; es decir, sólo llevar apoyos, sino que queremos que quienes reciben esos apoyos, se incorporen a la actividad productiva, que puedan tener espacios de realización personal, a partir de poder realizar las actividades que ellos quieran”.
Los nuevos programas, explicó, otorgan apoyos para que los jóvenes “puedan estudiar la universidad, a través de las becas que hoy reciben; que puedan crear su propio negocio, al darle acceso al crédito, a través de la inclusión financiera”.