El desarrollo de aplicaciones empresariales se ha convertido en un mercado de grandes millones de dólares. Encontramos a Slack, Yammer, Cotap y Zula entre otras. Pero si hay una que destaca por haber alcanzado el medio millón de usuarios activos al día, siendo la aplicación empresarial de mayor crecimiento en la historia, ésa es Slack. Sus números son tan espectaculares que pueden presumir de un crecimiento exponencial ya que han doblado dos veces su base de usuarios en tan sólo seis meses.
La rapidez con la que alcanzó su revalorización también sorprendió ya que de los 180 millones en fondos ha llegado su valor a los mil millones, pretendiendo llegar a los 23 mil millones de dólares para el 2019. En su nacimiento, en agosto de 2013, esta herramienta de mensajería empresarial y búsqueda ya presentaba estadísticas muy prometedoras ya que cerca de ocho mil empresas crearon cuentas en las primeras 24 horas de existencia.
Su fundador S. Butterfield, también cofundador de Flickr, celebra su primer aniversario con versiones tanto gratuitas como de pago, y con unos números espectaculares: 135 mil personas están pagando por Slack, que suponen 12 millones de dólares en ingresos anuales. Además los usuarios de Slack envían cerca de 300 millones de mensajes en un mes, se conectan más de nueve horas al día, de las que dos horas están en activo ya que están con mensajes de lectura y escritura.
El origen de Slack se remonta a cuando sus fundadores trataron de lanzar el juego online Glitch. Aunque el juego no se eliminó, lo cierto es que sus creadores encontraron las herramientas de colaboración internos que habían construido para ellos tan útiles que pensaron que podría ser la base de un negocio. Slack proporciona a las empresas las salas de chat, a las que llama canales, junto con la mensajería directa para conversaciones privadas.
El protagonismo por tanto es para la mensajería privada, que está en forma de una ventana de chat con una barra de herramientas a la izquierda donde aparecen diversos canales, clasificados de arriba a abajo en función del nivel de intrusividad (mensaje directo, grupos privados, etc.)
También, una lista de canales, que se iluminan cuando se han perdido mensajes relacionados con ellos, junto con un número rojo si se ha sido directamente mencionado. También hay sistemas de tickets, reportes de analítica, por ejemplo, y todo alrededor de un buscador que permite localizar cualquier comunicación o evento. La ventaja que tienen los clientes de pago es que cada mensaje se guarda de manera indefinida, creándose así un archivo de conocimiento del negocio.
Hasta ahora, no hay nada nuevo sobre este concepto, que fuera similar a otros que se ofertan en el mercado. Si por algo destaca Slack es por su facilidad de uso y sofisticación técnica. Así, integraciones permiten a los usuarios conectar el servicio a otras herramientas de negocio. Incluso, se puede conectar Slack a la información almacenada en las carpetas como Dropbox, Trello, Google Drive, por ejemplo. También al pegar un link en una charla Slack, extrae automáticamente el título de la página web y un fragmento de contenido.
Si se trata de un vídeo de YouTube, se puede jugar bien en el chat. Si se trata de un vínculo a un tweet, muestra todo el tweet, pudiéndose buscar toda esa información. Tiene una interfaz muy sencilla, centrada en salas de chat organizadas en torno a un tema o de equipo y mensajes directos. Los chats pueden ser en vivo, o asíncronos. Con todo ello, el resultado es una comunicación muy eficiente y acogedora porque las organizaciones que lo han probado, lo han adoptado e integrado con sus herramientas preferidas.
Slack es muy recomendable para las empresas que quieren cambiar sus esquemas de comunicación, con equipos geográficamente distribuidos, o para obtener una mayor eficiencia comunicativa. Ayuda a reducir el desorden de mails desde el interior de una empresa, sin embargo no hace nada para detener u ordenar los correos electrónicos desde fuera. Si sus nuevas funcionalidades lo contemplan y las empresas lo adoptan, nos movemos hacia un futuro donde ya no habrá correo electrónico gratuito.