Muy, pero muy lejos de los años de gloria rojiblanca, Chivas aprovecha los últimos años para coleccionar rachas negativas, que si tiene dos años completos sin jugar una Liguilla, tres y medio años al hilo sin llegar a semifinales, dos años en caída libre en la tabla porcentual, y por qué no: ocho años sin saber lo que es salir con los tres puntos cuando visita a La Máquina en el estadio Azul.
No es que en el récord que abarca este tiempo los rojiblancos salgan con un puñado de derrotas de la cancha cementera, pero no ven luz de triunfo desde el torneo de Clausura 2007, cuando vencieron 2-1 a los azules en la fecha cuatro de aquel certamen.
Desde entonces Chivas y Cruz Azul han empatado en el césped del inmueble de la colonia Nochebuena seis ocasiones, además de que se cuenta un triunfo para los dueños del recinto, sólo una muestra de que cada vez que los rojiblancos se paran en cancha azul sufren para ganar. No por nada en todo el siglo apenas suman tres triunfos en el estadio Azul.
Por si lo anterior no fuera suficientemente negro, está que el chiverío se medirá a uno de los mejores equipos celestes de los años recientes. La Máquina marcha como superlíder del torneo, mientras que Chivas arrastra el prestigio mendigando puntos de aquí y de allá para hacer un guardadito suficiente que le permita salvarse de la quema del descenso.
Más malas noticias: Puebla, el rival que le pisa los talones en la tabla porcentual, cierto que también juega de visita, pero lo hará ante el colero del Clausura 2015, situación que le abre las posibilidades de sumar, a diferencia de los tapatíos que tendrán que medirse al conjunto que manda hasta ahora en el futbol mexicano.
Por ahí aparece un poco de luz para el rebaño cuando el calendario anuncia que U de G, el último lugar de la porcentual también tendrá un partido muy complicado ante Tijuana en el estadio Jalisco.
Pero lo que sin duda da esperanza a los tapatíos es en definitiva el dato que dice que el último entrenador que los llevó a triunfar en el estadio Azul hace ocho años fue nada menos que José Manuel de la Torre, el mismo que hoy dirige los hilos en el esquema del chiverío, de quien sin duda añoran pueda ayudar a romper una racha que huele añeja, con todo y que el timonel tendrá que ver el duelo desde la tribuna al estar suspendido.
Tarea complicada de los rojiblancos, que desde hace al menos un lustro se ha acostumbrado más a cosechar rachas color negro imposible que a pelear por triunfos y títulos como en aquellos tiempos muy, pero muy lejanos.