Se acercó al stand de la Galería Arróniz y preguntó si le podían conseguir un cuadro original de Frida Kahlo. La fiebre de la célebre pintora mexicana continua intacta. “¿Cuántos años pasaron?”, se pregunta el galerista mexicano Gustavo Arróniz. “El mercado mexicano tiene una gran imagen, una exposición buenísima de nuevos artistas pero los muralistas y Frida Kahlo continúan siendo la actual carta de presentación”.
En los pasillos de Ifema, el lugar de ferias y exposiciones de Madrid, el contraste es gracioso y antagónico. Hay dos ferias estos días: Una de agricultura y la otra es la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO. Si te equivocas de pasillo te topas con tractores y hortalizas. Arte y agricultura, tan cerca pero tan distintas.
Pintura, fotografía, intervenciones. En cuanto uno se adentra en los pasillos de esta feria, siente sosiego y contento al contemplar las diferentes obras de arte. Este año el país invitado es Colombia y entre los transeúntes, el melódico acento colombiano se escucha sobre los demás. La primera galería mexicana con la que me topo, presume de instalación del artista defeño Ricardo Rendón. Un artista que en sus instalaciones con materiales industriales, rescata el valor de los oficios que desaparecen. Se trata de “Arróniz” y su joven propietario Gustavo Arróniz nos platica que le lleva a cruzar el charco, cada año desde hace cinco para estar presente en la cita madrileña.
“Es muy positiva la presencia para hacer contactos en Europa, aunque se trata de una feria complicada porque con la crisis económica se redujeron mucho las ventas”.
A juzgar por las conversaciones mantenidas en la feria ARCO de Madrid, México es un peso pesado en el mundo del arte, o así nos cuenta Inés López-Quesada, de la galería española Travesía Cuatro.
“El mundo está mirando hacía México”, cuenta la galerista. “Es un país con muy buenos artistas, con colecciones privadas que han apoyado a los artistas, como Jumex. Zona Maco es muy importante, el 80 por ciento de lo que se vende se queda en la misma ciudad, mientras que en Arco aproximadamente la mitad se queda en España. Madrid no es un centro neurálgico de compra aunque es imprescindible estar aquí, es donde se hacen las concentraciones”.
Ella y su socia, Silvia Ortiz, acaban de inaugurar una magnífica sede en una casa de Luis Barragán en Guadalajara. “Es un modelo de galería que no existía, en una ciudad que no es centro artístico, como es el DF, en una casa emblemática de 1929, con la posibilidad de que los artistas vayan y produzcan allí sus obras”.
“Zona Maco fue la primera feria a la que acudimos hace 11 años”, Inés nos cuenta el comienzo de su idilio con México. “A raíz de ahí empezamos a conocer artistas mexicanos y años después, México se había convertido en nuestro mercado más grande y nuestra fuente de artistas. Cuando surgió la posibilidad de abrir una galería en Guadalajara con un socio local que además es productor de arte, no lo pensamos”. “Travesía Cuatro” representa a los artistas mexicanos: José Dávila, Gonzalo Lebrija y Jorge Méndez Blake. “Tener una galería en América, continente que supone para nosotros el 80% de nuestro negocio es muy importante”.
En la sección de “Opening” para galerías jóvenes se encuentran las galerías mexicanas “Talcual”, curada por Chris Sharp y Luiza Teixeira de Freitas con Rodolfo Díaz Cervantes como invitado y “Yautepec” con la representación del artista argentino pero residente en México, Ramiro Chaves.
Tras una jornada de reuniones, compras, negociaciones, la zona de restauración es una animada charla entre los galeristas, artistas, coleccionistas, periodistas. Los apetecibles puestos de madera invitan a sentarse en una de sus mesas y tomar un sushi, un pincho o acercarse al restaurante “La Lupita” y tomar una orden de tacos de Cochinita Pibil. La que aquí escribe los probó y la verdad que estaban francamente sabrosos.