El nombramiento como titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez González, debe limpiar la cloaca en que está convertida la institución, empezando la figura del Ministerio Público que, muchas veces, lejos de apoyar a las víctimas de delitos, las revictimizan, indicó Karina Labastida Sotelo (PAN).

 

La legisladora federal se pronunció porque éste no sea sólo un relevo de mando sin mayor consecuencia, sino que la mano de Arely Gómez se note en la aplicación de una procuración de justicia eficaz; basada en la legalidad, la certeza jurídica y el respeto a los derechos humanos.

 

“De entrada la nueva procuradora -Arely Gómez- tiene el respaldo del Partido Acción Nacional porque es una mujer preparada en lo académico y con experiencia en el ámbito judicial.

 

“Pero ella debe responder a este voto de confianza desempeñando su cargo sin tintes políticos y sobre todo poniendo orden al interior de la PGR que está convertida en una cloaca que hay que limpiar a fondo”, advirtió.

 

Respecto al ahora exprocurador Jesús Murillo Karam, la también secretaria de la comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, aseguró que éste dejó a la PGR con “mucha más pena que gloria”.

 

“Sin duda, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la no resolución satisfactoria de ese lamentable caso, será el estigma que perseguirá por siempre al exprocurador. Pero también será tristemente recordado por la deficiente e incluso sospechosa actuación de la PGR en el caso Tlatlaya.

 

“Sin olvidar que tampoco resolvió a satisfacción el caso Oceanografía. Todos ellos, casos vergonzosos para los anales de la justicia mexicana. Esa es la verdad histórica de Murillo Karam”, advirtió la diputada mexiquense.  DM