El líder máximo del PRI, el presidente Enrique Peña Nieto, dijo hace unos días al periódico británico Financial Times: “Hoy existe en México una sensación de incredulidad y desconfianza. Hubo pérdida de confianza y esto ha mostrado recelo y duda”. El todavía presidente del tricolor, César Camacho, afirmó hace dos días: “Los priistas creemos en México y confiamos en los mexicanos”.
¡De qué se trata!, exclaman los observadores. ¿Acaso el dirigente de ese organismo le está corrigiendo la plana al jefe del partido? Vayan ustedes a saber.
Durante su intervención en el 86 aniversario del PRI, Camacho habló por todos los mexicanos, a quienes, según él, desde el 4 de marzo de 1929 –fecha de creación del partido–, “nos gusta creer y confiar; creer en nosotros mismos y confiar en los demás. Creer para crecer, confiar para prosperar; creer en la democracia y confiar en la justicia social (…) Creer en la ley y confiar en las instituciones. Los priistas sabemos que creer nos hace fuertes y confiar nos hace grandes”, exclamó.
¡Pero una buena cantidad de mexicanos ya no cree en ustedes! Además, el presidente Peña Nieto dijo que existe en México una sensación de incredulidad y desconfianza, le reviran los observadores.
Y como queriendo responderles, Camacho dijo: Bueno, es que circunstancias de dentro y fuera; unas que han desgarrado el tejido social, otras que han dificultado el crecimiento económico, todas han puesto en entredicho la eficacia del poder público, han provocado incertidumbre al punto de la desconfianza. ¿Y la ineptitud para enfrentar esas circunstancias, apá?.
Lo que pasa es que somos protagonistas de un proceso histórico que atraviesa una crisis evolutiva; un momento difícil, en el que coinciden cosas de un pasado que ya no queremos, con otras de un futuro que aunque anhelamos, no hemos alcanzado del todo, les hizo saber Camacho y explicó que el momento fluctuante, de incertidumbre y tensión, en el que aflora un criticismo entendible; demanda, sí decisiones, pero exige mucho más: compromisos y resultados… Los priistas sabemos que es trabajando, escuchando a la gente, ofreciéndole explicaciones razonables, siendo audaces en las propuestas y eficaces en los resultados, como vamos a estar a mano con la sociedad.
Audaces y valientes han sido –la reina Isabel II dixit. Pero no pueden presumir de eficaces, responde la sociedad mexicana.
Y aquel siguió: Sabemos que el camino por el que hemos optado, aunque sinuoso, conduce a la seguridad con justicia, al crecimiento con igualdad y a la libertad con paz social, insistió el doctor.
¡No pus, sí!, podrían responder millones de mexicanos.
Bueno, tampoco está fácil ¿eh? Les quiso decir Camacho. Y les recordó que al inicio del siglo, seis años de inmovilidad generaron desencanto, y seis más de violencia engendraron inseguridad. ¡Ahí les hablan Vicente y Felipe!
Con el nuevo y supremo gobierno ¡Hay rumbo, hay destino, hay líder y hay partido!, remató su discurso demagógico el presidente del PRI.
¿Entonces por qué están hablando de cambiar el rumbo? Preguntan los perplejos.
AGENDA PREVIA
Quienes ingenuamente llegaron a creer que con el recorte al gasto público por 124 mil millones de pesos las cosas iban a mejorar para el próximo año, se equivocaron. El secretario de Hacienda dejó entrever en Londres que lo peor está por venir en el 2016 si los precios del petróleo siguen cayendo o se mantienen como están.
El acuerdo de cooperación que firmó en Escocia el titular de Pemex, Emilio Lozoya –durante la visita de Estado del presidente Peña Nieto–, con la Universidad de Aberdeen es fundamental porque apoyará proyectos de innovación en tres ejes fundamentales: investigación, desarrollo de capital humano y de capacidades a fin de impulsar proyectos conjuntos con el Centro Tecnológico para Aguas Profundas que estableció Pemex con el Instituto Mexicano del Petróleo en el puerto de Veracruz.