La reforma educativa, promovida por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, está siendo obstaculizada bajo la “intimidación” y “habilidad política” de un grupo de maestros que forman parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), indicó The Economist.
En un artículo publicado por el diario británico destacó la actitud “agresiva” que los docentes han adoptado para hacer frente a una reforma que busca impulsar la calidad de la educación, realizando de forma frecuente bloqueos de carreteras o tomas de siticos públicos en los estados en los que residen.
“La CNTE que es más pequeño, pero mucho más agresivo que el principal sindicato de los maestros de México , el SNTE, tiene influencia sobre cuatro de los estados más ingobernables del país; Oaxaca, Gurrero, Michoacán y Chiapas, que contienen alrededor del 15% de la población y en el que se encuentran grandes concentraciones de personas indígenas”, explicó el artículo.
Claudio X. González, presidente de México Primero, organización que pretende el impulso del derecho a la educación de calidad en el país, consideró que pese a todo, los métodos del sector magisterial de la CNTE “están teniendo éxito”.
Asimismo, aseguró que también son factor de apoyo “los golpes de credibilidad de Peña Nieto, tras casos como la desaparecidos de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre y escándalos sobre las propiedades de su familia, que han debilitado la determinación de su gobierno para hacer frente” al magisterios.
The Economist señaló que de acuerdo con el estudio de la educación global PISA del año 2012, menos de una quinta parte de los estudiantes mexicanos tuvieron una adecuada formación en matemáticas, en comparación con más de tres cuartas partes de Corea del Sur. “Las escuelas privadas son un poco mejor que las públicas, los niños más pobres de Canadá son mejores que los más ricos de México.
“El Presidente Peña tienen en la mira a los maestros, que ganan salarios equivalentes a 513.6 días de salario por 200 días de escuela”, dijo a la publicación Marco Antonio Fernández, de la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico de Monterrey.
“Su reforma los expone por primera vez a una evaluación independiente, tanto a nivel de entrada y más arriba en el escalafón. Los que se pierdan tres días consecutivos de la escuela sin una buena razón pueden ser despedidos”, mencionó.
“La reforma se enfoca también en los pagos centralizados de salarios a nivel federal, en un esfuerzo por poner fin a una anomalía absurda en la que los gobiernos centrales y estatales pagan a los maestros”, dice el texto.
La reforma, añadió The Economist, racionalizará el gasto y utilizará los ahorros para mejorar la educación, no obstante los maestros sindicalizados todavía mantienen posiciones de poder en las secretarías de Educación estatales y en el Congreso.
Por imperfecta que sea la reforma educativa es una de las más populares promovidas por Peña Nieto.
“El moderado SNTE apoya en gran medida las reformas, y les está aplicando en la mayoría de los estados”.
En el sur de México, indicó The Economist, donde se necesita más que una reforma, la resistencia es más fuerte. Los maestros dicen que lo que necesitan es electricidad y agua en las escuelas y no evaluaciones.
GH