A David López Gutiérrez lo mueven de la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República como si no hiciera falta. Y lo aparecen en el número uno de las listas de plurinominales del PRI. No está mal. Será diputado federal sin tener que pasar por el tormento de una campaña electoral en la que él sería el actor principal y no apoyo.
En todo caso el tema central es ¿por qué? ¿Ya no funcionaba en Comunicación Social presidencial? ¿Por ello le quitan todo el poder y la gloria en los medios de comunicación mexicanos y del extranjero que tienen que ver con lo mexicano? Él que todo lo decidía y señalaba; daba, otorgaba, quitaba; componía oficinas de comunicación social de todas las dependencias federales y tenía a sus periodistas y medios de cabecera apapachados…
¿Por qué si como dijo el presidente Enrique Peña Nieto el viernes 6 de marzo –cuando hizo el elogio que era casi una petición de perdón a su “amigo”– que por más de diez años juntos López le había entregado además de su amistad y compañía permanente, la calidad de su trabajo?
No es lógico quitar a quien sabe operar de forma eficiente una oficina y otorga excelentes resultados …
A menos que las cosas estén mal ahí. Que la comunicación social hubiera sido rebasada y que debido a ello la cauda de críticas al presidente y a su gobierno y a su gabinete son el pan nuestro de cada día en muchos medios –con excepción, claro de los amigos queridos que, incluso aparecen en listas de ‘los mejor pagados’–; y que en el extranjero se hubieran tenido que pagar costosos reportajes y primeras planas para posicionar “El momento mexicano” para que luego esos mismos medios dijeran lo contrario.
También: Ninguna comunicación social del mundo podría hacer milagros de imagen si los hechos públicos dicen la verdad en la vida de la nación. Mal harían los medios en insistir en una información sucedánea, si todo lo que vemos todos los días no sólo muestra deficiencias de gobierno, sino que además aterran.
La descomposición social está a la vista, como está a la vista la falta de comprensión del espíritu mexicano desde su gobierno… No. No hay comunicación, y no es un asunto de “Comunicación social de Presidencia”, si es un asunto de sensibilidad política y de Estado.
[Fernando del Paso, el gran escritor mexicano (“Palinuro de México”; “Noticias del Imperio”…) acaba de decir: “… Me duele hasta el alma que nuestra patria suave parece desmoronarse … ¡Qué pena, si, qué vergüenza!”]
El sentido que se le ha dado a la comunicación social desde la presidencia es el del control, es el del querer ocultar, guardar, sellar; no enfrentar los hechos con verdades y comunicar esas verdades para que los mexicanos sepamos lo que es y lo que ocurre. Aletargar la comunicación entre gobierno y gobernados es dañino e inútil, porque a fin de cuentas la verdad, como el agua, fluye de manera natural, a pesar de todos los diques…
Si, hace falta modernizar esa comunicación social presidencial; si hace falta recuperar el terreno perdido y dejar que la verdad destile para darle sentido de gobierno y de recuperación democrática. La transformación que han sufrido las oficinas de comunicación de gobierno, desde que las instituyera el entonces presidente Lázaro Cárdenas es mucha, como el país, como nosotros… y, por lo mismo.
Al candidato plurinominal David López Gutiérrez (Mocorito, Sinaloa, 1949) lo apuntan algunos hacia el gobierno de Sinaloa. Va a estar muy difícil en apenas diez meses, a menos que un empeño superior amenace la decisión de la mayoría sinaloense. El ha estado muchos años fuera de su tierra; él no ha ocupado puestos en la administración pública fuera del área de comunicación social, no ha ganado ninguna elección porque no ha sido candidato y no ha cautivado a las mayorías con sus virtudes, o defectos.
En Sinaloa ya están hechas las cábalas y la gente identifica a sus candidatos; está con ellos o no, pero son los suyos.
En cuanto a los priistas el diputado Heriberto Galindo Quiñones, forjador de David López Gutiérrez, está ya muy encaminado, está también el empresario Jesús Vizcarra Calderón –aunque no quiere, pero sí quiere–, o acaso el senador Aarón Irízar López o la senadora Diva Hadamira Gastélum… en tanto que el PAN ya lanzó su cuarto a espadas con el diputado Martín Heredia Lizárraga…
Así que para cambiar había que premiar. Vaya pues. ¿Qué sigue? Eso se verá pronto cuando la nueva oficina de comunicación social desde la presidencia comience a mostrar sus nuevas herramientas de trabajo. Lo dicho: dejar fluir la información-verdad es y será siempre la mejor estrategia; y la más agradecible.