El envejecimiento de los mexicanos dejó de ser un tema del futuro. El año pasado, la cifra de mayores de 60 años superó a la de menores de 5 años, lo que plantea retos cruciales para un país donde la diabetes, las enfermedades cardiacas y la obesidad podrían revertir el incremento en las expectativas de vida.
“Estamos viendo un cambio demográfico muy significativo, y este cambio demográfico ya no es asunto de futuro, es una realidad del día de hoy”, afirma Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director general del Instituto Nacional de Geriatría quien refiere que el año pasado el INEGI corrigió las cifras demográficas del país “y ya sabemos que hay 13 millones de personas adultas mayores y apenas 11.5 de niños menores de cinco años”.
En entrevista con este diario, advierte sobre el desafío que significa atender este cambio demográfico. Sólo en 2011 el costo del cuidado de los adultos mayores fue de 19% (153 mil 629 millones de pesos) del PIB en salud (808 mil 575 millones de pesos). Este porcentaje es similar al gasto total en atención hospitalaria, que es de 21%.
Frente a esta tendencia, señala que más allá de ocuparse de las personas mayores, el Instituto Nacional de Geriatría ha adoptado una nueva perspectiva para promover el envejecimiento sano y activo desde la edad media. Sin embargo, reconoce, existen poco más de 450 especialistas en el país, 10 veces menos de los que se requieren.
“Hemos descuidado mucho la atención primaria y ahora estamos buscando cómo fortalecer el cuidado del adulto mayor (…) estamos dotando de las competencias necesarias a los médicos familiares y generales para enfrentar esto que es el trabajo de todos los días en mejores condiciones, puesto que los principales clientes del sistema nacional de salud están dejando de ser los niños para ser los adultos mayores”.
Sobre los padecimientos que aqueja a este sector, señaló que además de la diabetes y la hipertensión se empieza a observar cada vez más algunos llamados emergentes. “La que más nos preocupa es el Alzheimer y el resto de las demencias, la osteoporosis y el deterioro de las musculaturas que van de la mano y que tienen que ver con las caídas y las fracturas”.
“La vejez de hoy no es la misma con la que estábamos acostumbrados a convivir. Hoy la gente mayor está en mejores condiciones, vive más años y está aprendiendo a conservar la salud, pero es con los más pobres, con los más desfavorecidos con los que tenemos que seguir trabajando para que esto sea posible entre ellos.
En su opinión, se tiene que trabajar con las personas en edad media de la vida donde la diabetes, la enfermedad cardiaca y la obesidad podrían hacer que esa generación viva menos que la de sus padres.
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