México es el primer lugar de consumo de agua embotellada. Al año, cada mexicano consume 234 litros de agua embotellada, cifra que dobla al segundo lugar, Estados Unidos, que se ubica en 119 litros anuales, revela el último informe de la Beverage Marketing Corporation.
Para Cecilia Lartigue Baca, coordinadora ejecutiva del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la UNAM, esto no es coincidencia, pues entre los mexicanos hay una percepción de que el agua de la llave es de mala calidad, por lo que tomarla es un riesgo para la salud.
De hecho, en el “Informe Mundial del Desarrollo del Agua” de 2003, auspiciado por Naciones Unidas, nuestro país se ubicó en el lugar 106 de 122 en cuanto a la calidad del agua, el último lugar entre las naciones de Latinoamericana.
Lartigue Baca comentó que este alto consumo tiene consecuencias económicas y ecológicas. Por un lado, cada familia mexicana gasta 200 pesos mensuales en agua embotellada, lo que es hasta el doble de lo que pagan por el servicio de agua entubada.
“Es grave que la gente esté pagando 200 pesos por agua embotellada y no quiera pagar por el servicio de agua entubada, que muchas veces estamos en contra de eso, que no queremos un aumento de la tarifa aún si le decimos ‘si dejas de comprar agua embotellada ¿estarías dispuesto a pagar más por el agua entubada?’ la respuesta es no”, dijo la académica.
Lo curioso, dijo la académica, es que estudios de opinión que han realizado en la UNAM es que la gente opina que la calidad del agua es buena, pero para usos como lavar o descargas en el baño, no para tomársela ni para preparar alimentos.
“La gente dice que el agua es buena o excelente y no se la bebe, la gente dice que es de buena calidad pero no tiene confianza en bebérsela, la gente ha dejado de creer que el agua buena sea bebible, ya con que se puedan bañar con ella piensan que es buena”, dijo.
Según el informe de Beverage Marketing Corporation los mexicanos consumimos 26 mil 32 millones de litros al año, de los cuales el 70% son en garrafón y el resto en botellas tipo PET.
Que la gente no esté dispuesta a pagar más por un buen servicio de agua entubada pega en el mantenimiento de la red del líquido, pues no hay suficientes recursos para atender las fugas del sistema. Datos proporcionados por Lartigue dicen que en el país se pierde 40% de agua por fugas, mientras que se trae 30% del líquido.
El otro problema que señaló la académica fue el alto desecho de botellas. Cálculos indican que, en México, al año llegan a la basura 8 mil millones de botellas de PET, cuyo material tarda 500 años en degradarse.
“De los cuales se reciclan pocos (sólo 20%), no es algo por lo que deberíamos estar contentos, son miles de toneladas”, señaló Lartigue Baca.
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