En un hecho histórico, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) adjudicó a Cadena Tres y Grupo Radio Centro dos nuevas cadenas de televisión abierta digital, en un proceso que significa para el Estado un ingreso de 4 mil 866 millones de pesos, casi tres veces lo que preveía captar.
Tras notificar el fallo, sólo unas horas después de conocerse las propuestas de cobertura y económicas de los interesados, los comisionados destacaron que estas últimas, que superaron por mucho el precio base de 830 millones de dólares (el doble en el caso de Cadena Tres y 3.5 veces más la de Radio Centro) se da cuenta del valor que el mercado le da a la televisión.
Una vez notificados del fallo, Grupo Radio Centro (que tuvo un puntaje de 100/100) y Cadena Tres (que obtuvo 83.64/100), tienen un plazo de 30 días contado desde ayer mismo para realizar el pago de la propuesta económica y se les otorgue la certificación
Ambas cadenas tienen la obligación de tener una cobertura de 30% en todas las entidades en un plazo de tres años, y cobertura total en cinco años. A cada una se le adjudicaron 123 frecuencias digitales con la capacidad de llegar a 92% del territorio nacional.
Las propuestas de cobertura de ambos grupos coincidieron en un servicio sin traslapes para 106 millones 302 mil 186 personas, mientras que en la oferta económica hubo una diferencia notable. Mientras que Cadena Tres ofreció mil 808 millones de pesos, su contraparte elevó la cantidad hasta tres mil 58 millones de pesos, ambas cantidades muy por encima del valor mínimo de referencia que fue de 850 millones de pesos.
“Se vio el interés de cada grupo. El que menos recursos empeñó llegó a más del doble del costo base de cada cadena, que era de 830 millones de pesos, lo que muestra que sí hubo interés serio por esta adjudicación. Aunque llama la atención que Radio Centro se haya ido tres y media veces más del monto base”, comentó a este diario Ernesto Piedras, director general de la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU).
Sin embargo, el especialista aseguró que las grandes sumas ofertadas son recuperables en un plazo de tiempo relativamente corto, debido al valor del mercado y al porcentaje del mismo que cada una de las cadenas podría obtener.
Cifras de The CIU cifran el valor anual del mercado televisivo mexicano en tres mil 500 millones de dólares, además de 500 millones de producción y venta de contenidos. Y, según estimaciones del IFT, cada una de las dos nuevas cadenas televisivas podría acaparar 8% de participación del mercado nacional.
“Si bien se trata de un mercado muy competido, que se subdivide principalmente entre dos grandes competidores -Televisa y TV Azteca-, así como el mundo digital que va en ascenso, sí tiene un fuerte valor económico y de influencia, que en esto último jala más clientes para publicidad”, comentó Piedras.
Al dar a conocer el fallo, la comisionada del IFT, Adriana Labardini, señaló que con el resultado de la licitación ganará, sobre todo, la audiencia, que tendrá mayores opciones de acceso a la información, habrá mayor oferta de contenidos y se generarán empleos para quienes integran el negocio del entretenimiento o la información.
Asimismo, destacó que los anunciantes que no pueden acceder a la publicidad en las actuales cadenas por su costo, tendrán nuevas opciones, lo que suma a la competencia.
Retos para los nuevos jugadores
La participación de las nuevas cadenas dependerá del tipo de contenidos que vayan a ofrecer, lo que será uno de sus principales retos.
“Si las nuevas cadenas entran como replicadoras de los modelos de contenidos existentes, yo creo que 8% del mercado es el piso al que puedan aspirar, pero si traen un modelo más imaginativo, derivado de los avances digitales, que vaya dirigido a segmentos más jóvenes, es razonable pensar que tengan un mercado accesible mayor, incluso podría hablarse de 15%”, auguró Piedras.
Explicó que si los contenidos son tradicionales, como los que han ofrecido Televisa y TV Azteca, no van a progresar mucho. Tienen que ser más aventurados en ir por contenidos multiplataforma.
Asimismo, el director de The CIU destacó que, al ser canales digitales, las nuevas televisoras podrían enfrentarse a la dificultad de que el apagón analógico pueda tardar uno o dos años más en llegar a todo el país, pese a que el mandato constitucional pone como fecha límite el 31 de diciembre próximo.
“Es de esperar que no se cumpla el mandato constitucional. No veo presupuesto suficiente para cumplir la meta y hemos visto como cada fecha de apagones parciales se ha incumplido. Los elementos para esperar que se cumpla con el apagón analógico este año no lucen bien”, comentó.