Ante el anuncio oficial de la próxima licitación de los nueve ingenios propiedad del gobierno federal que administra el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA), que dirige Carlo Rello Lara, es importante destacar el interés que desde hace varios lustros han manifestado empresarios extranjeros en la principal agroindustria del país.
El atractivo del mercado azucarero mexicano para aquellos inversionistas empieza por los más de 100 millones de consumidores; aunado a ello, México tiene un tratado comercial en la materia con Estados Unidos y Canadá que le permite enviar más o menos la cuarta parte de su producción al mercado norteamericano. Otro aspecto relevante es la diversificación de la industria. También es importante señalar que en los dos años que Carlos Rello Lara lleva al frente del FEESA, los nueve ingenios en cuestión están en mejores condiciones de competir nacional e internacionalmente; en la mejor época de precios del azúcar los ingresos en conjunto de las fábricas mencionadas han superado los 12 mil millones de pesos al año.
La participación de los inversionistas extranjeros en la industria azucarera mexicana tiene más de tres lustros. Antes del año 2000 Grupo Sáenz tenía como accionista a Tate & Lyle; después llegaron Cargill, Ed & F Man, Fanjull, Ardilla Lule y otros.
En el 2000 Cargill realizó una asociación comercial con Zucarmex, propiedad del arquitecto Eduardo De La Vega, para la venta de dulce de exportación; dos años después se anunció que compró el 15% de las acciones. Antes de la expropiación de los ingenios por parte del gobierno federal (septiembre del 2001), Cargill mostró interés en las fábricas que integraban el Consorcio Azucarero Escorpión (CAZE), pero no pudo concretar ninguna operación con Enrique Molina Sobrino. La compañía extranjera también tuvo interés en adquirir fábricas del grupo Machado ese mismo año (junto con el propietario de Zucarmex hicieron un ofrecimiento a la dueña del grupo, Teresita Machado), pero la operación no cuajó porque la Secretaría de Hacienda rechazó la oferta del binomio que pedía una quita de 50% de la deuda de Machado.
A la lista de posibles interesados en comprar algunos ingenios públicos se agrega Ed & F Man, que inició su participación en la industria azucarera nacional en el 2001 con el ingenio La Gloria, a quien le comercializaba casi toda su azúcar. Paralelamente se convirtió en el principal vendedor de dulce del ingenio de Puga, con quien finalmente en el 2003 logró una asociación con cerca de 40% del capital. Después compró 49% de las acciones del grupo Sáenz, y en el 2009 el 30% del ingenio Los Mochis (aunque este último ya cambió de dueño).
En el 2007, para sorpresa de la mayoría de los participantes del sector y hasta para algunos propietarios de ingenios, la familia Fanjul adquirió el ingenio San Nicolás, en donde no le ha ido nada mal. Obviamente, tendría interés en los ingenios próximos a venderse.
En 2008, el propietario del Grupo Azucarero México (GAM) cerró la venta del 51% de las acciones del ingenio Benito Juárez con el grupo colombiano Ardilla/Lula, quien se dice quería una participación mayoritaria en todas las fábricas azucareras de GAM, pero los dueños no le quisieron vender más que el porcentaje mencionado. Ahora los colombianos tendrán oportunidad de hacerse de más ingenios, ya sea solos o con GAM.
En el 2011, Teresita Machado vendió a empresarios guatemaltecos (Grupo Pantaleón) el ingenio Zapoapita. Los vecinos del sur también han puesto la mira en el ingenio Independencia, y todo indica que están interesados en participar en la próxima licitación de ingenios públicos.
Así las cosas, ningún especialista se atrevería a dudar que los inversionistas extranjeros están dispuestos a incursionar en el mercado mexicano o ampliar su participación, adquiriendo algunas de las fábricas azucareras que el SAE pondrá en venta próximamente.