MADRID. “Todos contra Mercedes” parece erigirse en el lema del Mundial de Fórmula Uno que arranca este fin de semana en el circuito Albert Park, de Melbourne, sede del Gran Premio de Australia, primera de las veinte carreras del Campeonato del Mundo.

 

El británico Lewis Hamilton, que el año pasado festejó su segundo título mundial, el primero con Mercedes, equipo con el que también celebró el de constructores, defenderá corona en un certamen que sobre el papel parece de nuevo favorable a las Flechas de plata que pilotan él y su compañero y rival alemán Nico Rosberg, segundo el año pasado.

 

Hamilton parte, junto a Rosberg, como teórico favorito para ganar de nuevo un título que capturó por primera vez en 2008 cuando pilotaba para McLaren, escudería en la que había coincidido, en conflictiva relación, un año antes con el español Fernando Alonso, que venía de ganar sus dos títulos seguidos en 2005 y 2006, con Renault.

 

Mercedes fue la que más rodó y la que mejores tiempos marcó durante una pretemporada cuya oficiosa vuelta rápida la firmó Rosberg y en la que Williams, con motor Mercedes, para la que pilotan el finlandés Valtteri Bottas y el brasileño Felipe Massa, se anunció como presumible segunda “potencia” en la categoría reina.

 

Al menos así parece que será en las primeras carreras del año, en las que McLaren no vislumbra excesivas posibilidades de éxito. Por delante del equipo británico y siempre según lo visto en pretemporada, también están, a priori, Red Bull y Ferrari.

 

El cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel abandonó el equipo austríaco con el que festejó cuatro dobletes entre 2010 y 2013. Sustituye a Alonso en Ferrari y será compañero del finlandés Kimi Raikkonen, último que ganó un Mundial para la Scuderia, en 2007.

 

Toro Rosso, que esta campaña alineará a dos novatos: el holandés Max Verstappen, que con 17 años se convertirá en el piloto más joven de la historia de la F1, y el español Carlos Sainz, de 20 años e hijo del doble campeón mundial de rallys de idéntico nombre.

 

En Australia acelerará Sergio Pérez, que este curso rodará ante su público en el recuperado GP de México y que afronta su quinta temporada en la categoría reina, la segunda con Force India, equipo con el que el pasado año logró, al ser tercero en China, su cuarto podio en F1 y en el que repite junto al alemán Nico Hülkenberg.

 

En Albert Park, pista semiurbana de 5.3 kilómetros, a la que el domingo está previsto que se den 58 vueltas, para completar un recorrido de 307 kilómetros y medio.