La desolación, el vacío y la indefensión que se experimenta con la pérdida de la mujer amada son el hilo conductor de “Hombres sin mujeres”, el nuevo libro en español del japonés Haruki Murakami, quien está de vuelta en el terreno de la ficción, tras publicar “Underground”, un libro que dio cuenta de su vena periodística.
“Hombres sin mujeres” es una recopilación de historias que tienen en común el orden de los protagonistas, todos son hombres relatando la forma cómo sobreviven a la pérdida de una mujer real o idealizada.
Publicada en la colección Andanzas, de Tusquets, el libro apareció en japonés hace cerca de un año con sólo seis relatos y hace unos días hizo su arribo al mercado editorial en español, con siete cuentos, colocándose rápidamente en los primeros lugares de ventas en las librerías de España.
En México, el libro ha empezado a causar expectativa luego de las buenas ventas que registraron sus anteriores trabajos de ficción la trilogía de “IQ84”, “Baila, Baila, Baila”, “Los años de peregrinación del chico sin color”.
Las primeras críticas han favorecido al japonés, de quien se ha dicho que aún tiene mucha ficción con la cual sorprender a sus lectores y, en efecto, “Hombres sin mujeres” sorprende por su capacidad emotiva, sin perder los rasgos fantásticos que siempre acompañan los relatos del también traductor.
El libro devuelve al Murakami (1949) melómano, amante lo mismo de la música clásica (Henri Mancini), que del jazz o de grupos como The Beatles o Black Eyed Peas.
El Murakami de los “road movies” literarios, donde las historias tienen que ver con la música y los viajes en auto, pero también con las referencias cotidianas y lo que como individuo le atañe o lo constriñe, en este caso el desmoronamiento emocional ante el amor, pero además sus referencias literarias.
El título mismo, que es un homenaje, involuntario quizá, a Ernest Hemingway y su libro homónimo “Hombres sin mujeres”, publicado en 1927; su guiño con “Las Mil y una noches”, explícita en “Sherezade”, o con “La metamorfosis”, de Franz Kafka, en la historia “Samsa enamorado”.
El libro incluye también, a lo largo de sus 267 páginas, las historias “Drive my car”, “Yesterday”, “Un órgano independiente” y “Kino”.
En todos ellos, los protagonistas parecen ser masculinos, sin embargo, solo son los portavoces de las verdaderas protagonistas, mujeres que han dejado honda huella en sus amantes, una huella que parece hacerse visible sólo tras su muerte, la desaparición física como punto de no retorno en las relaciones afectivas atemporales que con ellos han establecido.
Marineros que rondan amenazantes a su doncella o amantes simpáticos que salen de copas con los viudos, son parte del sello Murakami en estas historias que esta vez no incluyen a “hombres carneros”, ni se centran en los treintañeros en búsqueda tardía de sí mismos.
Se trata de personajes con una vida hecha al margen de esas pérdidas que, al descubrirse, los atormentan y los devastan, hasta hacerlos volver atrás y reconstruirse desde las emociones, el recuerdo y la añoranza de lo vivido.
Habrá que ver si “Hombre sin mujeres” vuelve a poner a Murakami en la antesala del Nobel, donde ha aguardado paciente los últimos años.