Atrevimiento y rigor en el periodismo cultural; Balenciaga y su legado eterno; Charles Mingus/Louis Armstrong; cierran librerías en España; Un corazón normal (puesta por H. Villalobos) levanta polémica en Monterrey

 

En estos días en que la crisis azota muchas sociedades en el orbe y arrasa determinados sectores como los medios de comunicación —España, 12 mil empleos perdidos desde 2008 y en México, ¿cuántos?—, ¿qué espacio le queda al periodismo plural en el que hemos visto muchas secciones desvanecerse en diarios de importancia (sin embargo, la de Excélsior y la de 24 Horas, crecen). “Antonio Caño, uno de los grandes de El País, en el periodismo cultural”, apunta mi amigo Fernando Orgambides, quien vivió y trabajó en México para el mencionado diario (“junto con uno de los Polanco”), participó con Marius Carol (léase: La Vanguardia) y Bieito Rubido (ABC) en un coloquio entre directores de periódicos intitulado La cultura, un pilar esencial de la prensa. Me atrevería a señalar que la mayor parte de los editoriales, crónicas, entrevistas, notas, etcétera, que aparecen en un periódico, forman parte de la cultura en general.

 

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Con la mencionada cita se inauguró la madrileña Casa del lector (¿existe alguna en México?, le pregunto a mi pariente Rafael Tovar De Teresa), coorganizadora junto a Banco Santander (Ana Botín promueve la cultura –como su padre Emilio Botín— “en muchos ámbitos”), el ciclo de debates Presente y futuro del periodismo cultural. El mismo Fernando Botero Zea (hijo de quien usted piensa, don Fernando Botero, el pintor vivo más famoso de la época actual) me ha dicho que “a veces también temo que la publicación de revistas de todo género o diarios, disminuya notablemente”; le he contestado que no creo que ni el periódico, ni ciertas revistas o libros, desaparezcan completamente, porque existen seres humanos que aman la tinta, como millones de cinéfilos acuden ver un filme a una sala cinematográfica.

 

 

No puedo negar que en España y otros países latinoamericanos (¿estaremos bien en México?) vayan a analizar el estado de un periodismo que sufre “una triple crisis, la económica y un cambio de modelo que está repercutiendo tanto en la forma de recibir las noticias como de producirlas (—¿las redes sociales que, por lo general, son “administradas” por un público inculto—). La cultura es una seña de identidad como el de sacar en portada el boom de la poesía. Todo vale y no se puede despreciar a la primera cualquier producto cultural. Por ende, los colegas citados arriba apuntan: estamos aquí y lo que realizamos es aportar información. Por ende, esto es para ¡lo único que estamos! ¿O no?, ¡Martha Ramos!

 

Reivindican la herencia del diseñador guipuzcoano

 

 

Para mí constituye uno de los ejercicios más complejos e interesantes de contemplar dentro de la industria de la moda (cultura mundial de todas las épocas): un diseñador toma las riendas de una casa histórica fundada por otro creador, Balenciaga (cercano a Paco Ignacio Taibo I también fan de Ives Saint Laurent –“en París, en los balcones del Plaza Athénée, nos saludabámos y nos mostrábamos nuestros suéteres”— y Rosario Creixell), y afronta el reto de trasladar su propio discurso sin pulverizar la esencia de la marca. Ante este escenario se encuentran hoy, entre otros, Peter Copping, director creativo de Óscar de la Renta; Julien Dossena, responsable de Paco Rabanne: o Alexander Wang, al frente de Balenciaga desde hace cino temporadas. Las posibles soluciones al dilema oscilan desde el homenaje demasiado literal hasta la fagocitación de la firma. Entre ambos extremos (que no riñen con el éxito comercial), Wang encontró en la Semana de la Moda de París el camino hacia el equilibrio.

 

 

El sector de las librerías, ¿cae?

 

Y volviendo al mundo de la literatura hispana, en Madrid murieron 912 librerías y nacieron 226. En México, ¿cuál será la estadística? Esas cifras marcan el declive del ciclo de vida de las librerías en España: cada día se cierran 2.5 de estos espacios, sobre todo pequeños, por la situación económica. Y cuando son más los que mueren que los que nacen, el futuro se acorta. Sin embargo, donde más librerías existen es en Buenos Aires, donde más se lee.

 

 

Comentan que ahora el futuro se acorta, pero Justo Molachino (afincado en México), mi primer editor y quien fue el que me presentó al escritor Jorge Luis Borges, asegura que “la lucha contra ese destino, a través de la reinvención de estos espacios culturales en los últimos años para atraer compradores, apenas le permite aguantar al sector”. ¿Por qué?: al sector mira que la caída en las ventas no para; en concreto, un 18% desde 2011, o lo que es lo mismo, un descenso de 870 millones a 707 millones de euros en el volumen de facturación durante 2014. Esta situación se sumó al SOS lanzado en febrero por los editores, en España donde 5% de la gente no lee nunca o sólo a veces.

 

Aquí, en México, Paco Ignacio Taibo II asegura que la gente empieza a leer más, además de que él y su esposa, Paloma Saiz, cada vez que pueden regalan libros en el Metro, Ferias, Universidades, Instituciones Culturales, Escuelas, etcétera.

 

Dos obras maestras de jazz

 

 

Charles Mingus nació en Nogales (Arizona, 22 de abril de 1922) y falleció en la Ciudad de Cuernavaca el 5 de enero de 1979. Él es uno de los mejores contrabajistas del bebop/postbop, e iniciador de las corrientes vanguardistas. Casi todos saben que fue el compositor y director de big band con dominio de piano, violonchelo y trombón. A Lila Down y a Shania Twain les atraía mucho el talento de Mingus. También era explorador de la línea Third Stream, sintetiza la música clásica con el jazz. Fue gran colaborador de Louis Armstrong, Lionel Hampton y Duke Ellington. También amigo cercano de Charlie Parker. Pithecanthropus Erectus (1956) y New Tijuana Woods (1957): dos obras maestras del jazz que también amo Tino Contreras y también Santana. Y hasta la próxima, ¡abur!