El extraño caso del delantero prestado que alguna vez fue propio, que hoy ha jugado sólo 62 minutos de 900 posibles, y que ha marcado dos goles que valen su peso en oro. Es Erick Torres, chiva hasta el centro del hueso, que fue echado o, mejor dicho, vendido en oferta al a Major League Soccer, liga norteamericana a la que prácticamente tuvieron que suplicarle por un préstamo para que José Manuel de la Torre lo mantuviera en la reserva, en la banca, en el hotel, en Guadalajara y sólo tres pedacitos de tres partidos en la cancha, pero que hoy salvó a Chivas de ser último lugar de la porcentual, con un salto de cinco puntos de distancia contra Puebla, su rival más directo en la lucha por no quemarse en la división inferior.

 

En Puebla, Guadalajara vivía un auténtico drama, caía 1-0, y de conservarse el resultado amanecería la semana de puente como último lugar de la tabla porcentual. En las opciones en el banquillo, no era extraño. Aparecía Erick Torres, el chico que en dos meses más partirá, de nuevo, a la MLS donde jugará para el Houston Dynamo, un chico que no jugó ni un  minuto con el primer equipo rojiblanco en siete fechas, un artillero con pólvora candente al que José Manuel de la Torre, antes del partido en Puebla le había dado la oportunidad de jugar en sólo 32 minutos (22 en la fecha dos cuando vencieron a Pumas 2-1 y 10 más en la derrota ante Santos de la fecha cinco). Fuera de eso, El Cubo estaba más cerca de convertirse en butaca que en una solución para su escuadra.

 

Y es que a El Chepo poco le importaban las credenciales que presentaban a El Cubo como el goleador de las hoy desaparecidas Chivas USA. Sí, la directiva rojiblanca, encabezada por Néstor de la Torre peleó con la MLS para conseguir el préstamo del jugador, pero al técnico le venía lo que una semilla de jitomate aprovechar el instinto goleador del chico surgido de la cantera rojiblanca.

 

No está claro si lo mandó a la cancha porque buscaba su instinto goleador o por qué no le quedaba otra. El Cubo entró a la cancha faltando 30 minutos para que el partido acabara. Lo hizo al minuto 60, 12 minutos después empató y a cuatro del final marcó el de un triunfo de más de tres puntos, por lo que puede representar.

 

Dos goles en 30 minutos que de un rayón lo pusieron a la misma altura del resto de los artilleros Chivas que han jugado más que él. Porque con sólo 30 minutos alcanzó en dos goles a Omar Bravo que ha jugado 748 minutos en la campaña y a Aldo de Nigris que acumula 187 minutos en el campo.

 

Quedan siete jornadas y Chivas tiene cinco puntos de ventaja en la porcentual. No fue Bravo, ni De Nigris, sino un chico que perteneció al club y que hoy juega prestado, al que le bastaron 30 minutos para demostrar que su poder goleador puede salvarlos de la peor amenaza en la historia del rebaño.