Mientras el secretario de Agricultura saboreaba unas patatas bravas en La Trainera de Madrid, se enteró que en México se está registrado un “mini boom” en los precios del huevo, el cual justificó con el argumento de que en Semana Santa aumenta la demanda.

 

Por su parte, el secretario de Economía, quien disfrutaba de unas “tortas ahogadas” en Guadalajara, dejó entrever que mientras el kilo no llegue a los 55 pesos, como ocurrió en 2012, podemos dormir tranquilos. Actualmente el precio del blanquillo se mueve en una banda de 33 a 40 pesos kilo, según la región. ¡Pues a lo mejor a ambos secretarios el susodicho “mini boom” no les quita el sueño, pero a los consumidores nos está pegando duro el incremento!

 

Por cierto, la crisis de falta de huevos que registró el país en 2012 (a la que se refiere Ildefonso Guajardo), obligó al presidente Felipe Calderón a intervenir personalmente. Para empezar anunció una serie de medidas para enfrentar el alza desmesurada de los precios, y comprometió a varios de los integrantes de su gabinetazo a que le echaran… ganas al asunto.

 

La secretaría de Economía, por ejemplo, había autorizado cupos de importación, eliminación de aranceles a la importación con países con los que México no tenía tratados comerciales; también había hecho acuerdos con los dueños de las cadenas de autoservicio; amenazó con “entambar” a quienes especularan con el sagrado alimento. Calderón pidió también a los integrantes de la Conago que participaran en el combate y erradicación de los abusos de los comerciantes. “Felipillo” instruyó además al secretario de Comunicaciones y Transportes para que otorgara facilidades para el transporte y la distribución de los huevos en todo el país. A la Secretaría de Hacienda, le ordenó que agilizara en las aduanas la importación del huevo.

 

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A la “banca del subdesarrollo” le pidió integrar paquetes de apoyos financieros para los productores afectados, que incluyó facilidades para que quienes tenían un crédito contratado con los bancos de fomento y resultaron afectados, lo pudieran reestructurar; respaldo financiero a tasas de crédito preferenciales para la compra de gallinas ponedoras y reposición de la parvada; apoyo crediticio para incremento de las capacidades de compra de alimentos para uso avícola; respaldo financiero para ampliar y mejorar el equipamiento de granjas y para instalar otras nuevas. Y apoyo crediticio para integrar esquemas de bioseguridad que blindaran a las granjas frente a cualquier riesgo sanitario.

 

A los titulares de Sagarpa, Sedesol y Reforma Agraria, en fin, a todas aquellas dependencias que tenían “vela en el entierro” les pidió que jerarquizaran y dieran prioridad a todos los proyectos vinculados al incremento de la planta productiva del huevo en el país. También los instruyó para que intensificaran los programas de granjas de traspatio para que los pobladores de zonas marginadas, en el campo o en ciudades o zonas suburbanas, recibieran apoyo para la producción de huevo.

 

¡Nos hacen falta huevos, señores, muchos huevos!, exclamaba en aquel entonces la población desesperada, sobre todo la de escasos recursos.

 

Hoy, los secretarios de Agricultura, Economía y otros funcionarios que tienen injerencia en el asunto no han hecho nada. Tal vez porque están esperando que los precios lleguen a los 60 pesos por kilo. O porque no tienen los suficientes…elementos para actuar.

 

AGENDA PREVIA

 

Dijo el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones en referencia al avance de las reformas estructurales: Es indispensable, que la población conozca lo realizado, los logros positivos y que los evalúe, ello, con el fin de evitar el desaliento de quienes, por conveniencia política, siembran y pregonan la desconfianza.

 

El Índice de Paz México, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), señala que según sus mediciones, el estado más pacífico es Hidalgo, seguido por Yucatán, Querétaro, Campeche, Tlaxcala y Chiapas.