ACAPULCO. México tiene las condiciones idóneas para alcanzar un mayor nivel de desarrollo, y la banca está lista para participar en el impulso al crecimiento económico, aseguró Enrique de la Madrid, director general del Banco de Comercio Exterior.
En entrevista con 24 HORAS en el marco de la 78 Convención Bancaria, el ex diputado federal se dice convencido de que el país está en el umbral de alcanzar un desarrollo sostenido, pero reconoce, como una de las principales tareas la necesidad de fortalecer el estado de derecho, donde se puedan disfrutar plenamente las libertades.
En ese contexto, De la Madrid ve a la banca como un puntal de crecimiento y, en particular, la banca de desarrollo, como en el caso de Bancomext, es fundamental para subsanar fallas de mercado en nichos donde haya poca participación de la banca comercial, lo que se ha detonado con la reforma financiera.
Usted publicó recientemente el libro México en la generación del desarrollo. Por muchos años nos han dicho que es el momento de dar el paso que falta. ¿Realmente estamos en ese nivel de dejar de ser pronto sólo un país emergente?
Sí estamos ahí. El país ha venido avanzando en muchos temas, particularmente en el sector bancario se nota, sobre todo si lo tomamos desde el momento más crítico, en 1994-95, cuando viene una crisis muy profunda y cae el crédito. De esos años a la fecha tenemos un sistema bancario muy distinto, bien capitalizado y un nivel de cumplimiento muy importante de parte de los clientes, y por eso el tema de esta Convención es que la banca está lista para apoyar el desarrollo. Sí tenemos un sistema financiero que está creciendo y sí tenemos condiciones para que este país alcance el desarrollo al cual debe aspirar.
¿En cuántos años podemos hablar de un impacto real, que la gente vea reflejado en sus bolsillos este desarrollo?
Yo hablo de una generación, de los próximos 20 a 25 años, y no significa que de aquí a entonces sea nada, será de manera gradual, ir progresando todos los años para ser un país desarrollado y eso significa no sólo duplicar el nivel de ingreso de hoy, sino un México donde puedas disfrutar de tus libertades. Hoy hablamos de la libertad de tránsito, pero no es cierto que en todos los lugares lo puedes ejercer; hablamos del acceso a la salud, pero no en todos los casos puedes ir a los hospitales de manera fácil y con servicios de calidad. Un país desarrollado es aquel en donde además de tener un nivel de ingreso alto, realmente puedes ejercer esas libertades. Tenemos que trabajar de manera muy ardua, porque no es algo que ocurra de manera inercial.
En su libro habla de la necesidad de fortalecer el estado de derecho. En ese sentido, como abogado y como ex diputado federal, ¿cómo ve a México en estos momentos y cuáles son los pendientes?
Hay áreas donde hemos avanzado. Por ejemplo, tenemos una Suprema Corte de Justicia independiente respecto a los poderes Ejecutivo y Legislativo. A nivel federal tenemos un poder judicial más fuerte, independiente y mejor formado. Sin embargo, a nivel local, en los estados, a veces aún no se logra esa independencia entre el poder judicial y los gobernadores. Ahí hay tarea pendiente. También necesitamos un ministerio público mucho más sólido, mucho mejor capacitado, que hacia allá va la reforma que crea una Fiscalía independiente. No cabe duda de que aún somos un país donde existen importantes niveles de impunidad, altos niveles de inseguridad y también corrupción. Si bien por una parte tenemos reformas estructurales en la parte económica que nos van a ayudar a mejorar el nivel de desarrollo, sí reconozco que es necesario alcanzar un estado de derecho mucho más sólido. Es uno de los pendientes en los que hay que seguir trabajando.
¿Están dadas las condiciones políticas para trabajar en ese sentido?
Antes del año 2000, desde el exterior y desde adentro, la crítica era que no teníamos un régimen propiamente democrático. Hoy no reconocemos ese régimen, tenemos un régimen plural, muchos partidos políticos, nadie tiene mayoría absoluta en el Congreso, los gobernadores son de diferentes partidos y tienes un proceso de alternancia. Lo pongo como ejemplo para evidenciar cómo cuando nos proponemos algo y hacemos los cambios necesarios logramos buenos resultados. Yo espero que con esta percepción que tenemos de la necesidad de mejorar el estado de derecho, dentro de seis o siete años podamos voltear atrás y veamos cómo superamos muchos de los cuestionamientos que tenemos hoy.
Regresando al sistema financiero, ¿cómo ha cambiado la reforma la operación de la banca de desarrollo?
La visión del Presidente de la República y el secretario de Hacienda es que la banca de desarrollo se justifica para cubrir aquellas áreas donde la banca comercial no iría sola, lo que se llama técnicamente fallas de mercado, pero para este gobierno la banca de desarrollo está para complementar a la banca comercial y llegar a más mexicanos, tanto del lado del ahorro como del lado del crédito. Lo que ha habido con la reforma es mucho mayor flexibilidad de operación y eso se traduce en más crédito, más rápido y más barato. En Bancomext, en los dos primeros años de esta administración, el saldo de la cartera casi se ha duplicado en dos años, y yo se lo atribuyo en gran medida a la mayor flexibilidad que tenemos a partir de la reforma financiera. También a que nosotros apoyamos a las empresas que están vinculadas al comercio exterior, que es la parte más dinámica de nuestra economía.
¿El recorte presupuestal representa una oportunidad para la iniciativa privada?
Eso es cierto. En el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se plantea una inversión de 10 o 12 mil millones de dólares. Prácticamente la mitad iba a ser del gobierno federal, pero con los recortes no va a haber recursos para poderlo apoyar, lo que abre una oportunidad para la banca comercial y para los inversionistas institucionales del mundo. Es ahí donde la banca de desarrollo tendrá que buscar mecanismos que ayuden a esos inversionistas a disminuir sus riesgos. DM