MONROVIA, Liberia. Una paciente dio positivo por ébola en la capital de Liberia, informaron el viernes las autoridades, un golpe a las esperanzas de la nación de África occidental de que había vencido a la enfermedad luego de semanas sin nuevos casos.

 

Liberia ha sufrido la mayor cantidad de muertes a causa del brote en África occidental, por el que más de 10 mil personas han fallecido. Pero desde que se dio de alta al último caso el 5 de marzo, estaba en una cuenta regresiva para ser declarada una nación libre de ébola. Los países deben esperar 42 días luego del último caso antes de poder declarar el fin de la epidemia.

 

Ahora una nueva paciente ha dado positivo, señaló el doctor Francis Kateh, jefe a cargo del Equipo de Manejo de Incidencias de Ébola en el país. Generalmente se realiza una segunda prueba para confirmar el diagnóstico.

 

Tolbert Nyenswah, quien dirige la acción de respuesta contra el ébola en Liberia, también señaló que se le informó de la prueba positiva.

 

La mujer llegó a la sala de emergencias del Hospital Redemption de Monrovia el jueves en la noche, de acuerdo con Elizabeth Hamann, del Comité de Rescate Internacional, que está ayudando a la reapertura segura del hospital tras la epidemia. Fue identificada como un posible caso de ébola y transferida a la unidad de tránsito del hospital, donde podía estar en aislamiento a la espera de los resultados de los exámenes. Ahora se encuentra en un centro de tratamiento.

 

En una señal preocupante, no ha quedado claro cómo es que la mujer contrajo el virus. No parece ligada a ninguna de las personas en la lista de contactos de personas infectadas por ébola, señaló Kateh.

 

“Tenemos que investigar de dónde vino esta persona”, señaló. “¿Viajaron fuera del país?”

 

Se realizará una junta de emergencia el sábado para analizar el caso.

 

Aunque había muchas esperanzas de que Liberia hubiera derrotado al ébola, las autoridades sabían que hasta que sus dos países vecinos — Sierra Leona y Guinea — también vencieran a la enfermedad, Liberia seguiría en riesgo.

 

“Sabíamos muy bien que no habíamos dejado el problema atrás”, dijo Nyenswah.