TÚNEZ. Alambre de cuchillas rodeaba el Museo Nacional Bardo y las fuerzas de seguridad protegían las carreteras más importantes mientras las autoridades buscaban a dos o tres personas que se cree participaron en el suceso, el peor atentado que se registra en años en un hito turístico de Túnez.
La indignación por lo sucedido y por el objetivo elegido por los terroristas -la industria turística, clave para la estabilidad democrática y la recuperación económica del país- se mezclaba con un sentimiento de pesimismo en la capital tunecina.
“¿Cómo es posible que haya sucedido algo así? ¿Por qué no se puso más vigilancia?”, se preguntaba Munira, una joven de 27 años que como cientos de tunecinos se acercaron al lugar de los hechos para mostrar su solidaridad con las víctimas y expresar su repulsa al terrorismo.
“Había muchas señales. Atentados semanas atrás y numerosas detenciones”, criticaba por su parte un periodista local que prefirió no ser identificado.
Fuentes de Seguridad confirmaron a la agencia EFE que se han practicado nueve detenciones y que se interroga a cuatro personas por su presunta participación en los hechos y a otras cinco por haber dado apoyo y cobertura a la célula. Los servicios de inteligencia conocían a uno de los dos terroristas.
Los atacantes, que vestían uniformes de estilo militar y utilizaron rifles de asalto, salieron de un vehículo y abrieron fuego sobre los turistas que salían de varios autobuses. Después ingresaron al edifico para tomar rehenes, antes de morir en una balacera con las fuerzas de seguridad.
Dos cruceros que tenían pasajeros entre las víctimas zarparon el jueves por la mañana del puerto de Túnez. Nueve pasajeros del Splendida murieron, 12 resultaron heridos y seis seguían desaparecidos, indicó la empresa MSC Cruises, mientras su embarcación se internaba en el Mediterráneo al amanecer. Otro barco, el Costa Fascinosa, indicó que 13 pasajeros no habían regresado a bordo cuando el barco zarpó por la noche.
Entre los 17 turistas muertos había ciudadanos de Colombia, España, Japón, Italia, Australia, Polonia y Francia. Los milicianos mataron también a dos tunecinos.
Al menos 44 personas resultaron heridas, incluyendo turistas de Italia, Francia, Japón, Sudáfrica, Polonia, Bélgica y Rusia, según Essid y médicos del hospital tunecino Charles Nicolle.
Luna de miel en un cuarto de limpieza
VALENCIA. Un joven matrimonio español que viajó a Túnez para celebrar su luna de miel, tuvo que pasar casi un día entero escondido en un cuarto donde se guardan productos de limpieza del Museo del Bardo, en Túnez, para escapar de los terroristas.
Juan Carlos Sánchez y Cristina Rubio, que está embarazada, son los protagonistas de esta historia; son dos jóvenes de la localidad de Sueca, en la costa mediterránea de España.
Los dos fueron sorprendidos por la acción de los terroristas que primero intentaron asaltar el Parlamento tunecino y, cuando fueron rechazados a tiros por los guardias de seguridad de ese edificio se refugiaron en el vecino Museo Arqueológico Nacional del Bardo. En este recinto, los terroristas tomaron rehenes y mataron a varios turistas.
En esos momentos de sorpresa y miedo cada uno intentó escapar como pudo y Juan Carlos y Cristina optaron por meterse en un cuarto donde se guardan objetos de limpieza.
“Han estado encerrados casi veinticuatro horas en ese cuarto. Escuchaban voces árabes y no sabían si eran terroristas o policías, hasta que ayer les abrió la puerta un policía y salieron”, ha relatado el padre de la turista española.
Según David Rubio, su hija Cristina le ha telefoneado instantes después de ser localizada “con voz temblorosa” y le ha dicho que lo habían pasado “fatal” y que “pensaban que iban morir”.