WASHINGTON. Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela parecen estar en su punto más álgido. La canciller de ese país sudamericano, Delcy Rodríguez, alertó a la OEA de que las sanciones impuestas la semana pasada a siete funcionarios venezolanos son un preludio de una “intervención militar” destinada a apoderarse de las reservas petroleras del país suramericano.
“La historia ha demostrado que la aplicación de decretos de esta naturaleza suelen preceder a intervenciones militares. Y por eso hemos venido a esta organización a alertar”, dijo Rodríguez en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington.
“Alertamos de que esa es la amenaza real que se siente hoy contra Venezuela, contra su Gobierno legítimo y contra su pueblo (…) y de que intereses hegemónicos pretenden apoderarse de la mayor reserva de petróleo del mundo”, afirmó la canciller.
Rodríguez alertó de que, bajo la declaración de “emergencia nacional” emitida la semana pasada por el presidente estadounidense, Barack Obama, “es muy amplia la potestad para que el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro de EU imponga sanciones a no importa quién”.
“Otros organismos, como Unasur y ALBA han alertado (…) de la violación (por parte de estas sanciones) del principio fundamental de independencia y que violenta nuestra sagrada soberanía”, indicó.
“El pueblo de Venezuela no va a permitir que se violente ni su soberanía política, ni económica, ni cultural”, advirtió la canciller, y aseguró que las sanciones no afectan solo a los siete funcionarios afectados, como ha defendido EU.
La ministra consideró “muy preocupante que un puñado de congresistas (estadunidenses) hayan tejido una amenaza semejante contra Venezuela”, y dijo que esos legisladores, “por sus intereses económicos propios, no pueden decidir sobre un país entero, no pueden violentar las normas internacionales”.
Rodríguez sostuvo que su Gobierno cree en la “solución pacífica de las controversias”, y ya hace un año tendió “la mano a EE.UU.” para iniciar “un diálogo en condiciones de respeto y en condiciones de igualdad”.
Estados Unidos, por su parte, ha negado este jueves que planee una “intervención militar” en Venezuela y defendió su derecho “soberano” a imponer sanciones a ese país, al tiempo que instó a la OEA a “pronunciarse” ante las “violaciones” de los Derechos Humanos que considera que se producen en ese país suramericano.
“No buscamos desestabilizar al gobierno venezolano con un golpe de Estado (..) Mi gobierno quiere dejar claro aquí: no estamos preparando una intervención militar (…) No hay un componente extraterritorial de las sanciones, son legislación doméstica”, dijo el representante interino de EU ante la OEA, Michael Fitzpatrick.