¿Alguna vez has experimentado un enrojecimiento súbito e intenso que simplemente no se te quita? Muchas veces está relacionado con la manera en que nuestro cuerpo expresa sus emociones, pero para 1 millón de mexicanos es el síntoma de una enfermedad dermatológica llamada rosácea.

 

Este padecimiento es crónico y no tiene cura.

 

Se desencadena cuando se inflaman de manera excesiva los vasos sanguíneos de la cara, lo cual ocasiona una apariencia rojiza y, si no se detecta y trata a tiempo, puede terminar en la inflamación, deformación y agrandamiento excesivo de algunas partes de la cara, como la nariz.

 

“La enfermedad, en sí, no es dolorosa y no tiene mayores consecuencias que el enrojecimiento de la cara”, explicó en entrevista el médico especialista David Viveros Ramírez, quien encabeza la campaña No más caras rojas para concienciar y acercar al tratamiento médico a las personas que padecen esta enfermedad.

 

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