La licitación de una de las dos cadenas de televisión nacional que realizó el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), cuyo fallo se anunció el pasado 11 de marzo, por la que Grupo Radio Centro ofreció tres mil 58 millones de pesos, podría declararse desierta porque parece ser que el feliz afortunado no cuenta con el dinero suficiente para liquidar el pago.

 

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La primera señal que, según los especialistas, envió Francisco Aguirre de que no trae suficiente “cash” para cerrar la operación, la envió el jueves pasado la empresa Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra) que supuestamente iba como socia en la subasta de dicha cadena al informar a la Bolsa Mexicana de Valores que “en este momento no tiene ninguna relación en la operación que realiza Grupo Radio Centro para obtener la concesión de un canal de televisión. Pinfra no planea invertir de forma directa o a través de sus accionistas en dicha operación…”

 

¿Por qué los de Pinfra se “bajaron del caballo” , preguntaron los analistas financieros y bursátiles bisoños. Pues tal vez porque se dieron cuenta, aunque haya sido tarde, que la oferta había sido desproporcionada, pues fue de casi cuatro veces más del valor de referencia y 70% más de lo que ofreció Cadena Tres por la otra concesión.

 

La segunda señal de Aguirre que podría confirmar que no le alcanza la lana para cumplir con el IFT, fue que el fin de semana pasado envió un S.O.S a una de las instituciones de la llamada “banca del subdesarrollo” para que le diseñaran, según los enterados, un esquema de financiamiento directo o indirecto para completar. Funcionarios de Nacional Financiera reconocieron que el Grupo Radio Centro se ha acercado a ellos, pero también dijeron que cualquier tipo de operación lleva tiempo y éste se agota para los interesados que tienen como fecha límite para pagar el próximo 9 de abril, a menos claro que Nafinsa reciba una orden de la Secretaría de Hacienda para que tramiten un financiamiento “fast track” en aras de la “democratización del capital”. Obviamente no sería bien visto el asunto, ¿verdad?

 

Lo que muchos no se explican es por qué al Instituto Federal de Telecomunicaciones, que dirige Gabriel Contreras, “se le fueron las patas” en el análisis del proyecto de Grupo Radio Centro, pues previo a la presentación de ofertas les entregó una constancia de participación. Y en cuanto al monto de la oferta, lo primero que debieron haber investigado los del IFT era la solvencia del postor. Lo cierto es que el señor Contreras está a punto de hacer el ridículo y enfrentar el escarnio de la sociedad y de la opinión pública si Francisco Aguirre no paga.

 

Toda proporción guardada, este asunto de la posible fallida licitación de una de las concesiones de televisión, permite al columnista recordar la subasta pública del Banco Mexicano Somex, que se realizó el 28 de febrero de 1992, en donde un grupo de personas representado por Eduardo Creel Cobián “y otros”, ofreció la fabulosa cantidad de dos billones 628 mil 549 millones de viejos pesos. Una semana después, el Comité de Desincorporación Bancaria que encabezaban Pedro Aspe y Guillermo Ortiz, informó que el señor Creel y “los otros” no pudieron conseguir el dinero de la oferta, por lo que decidieron asignarle el banco al Grupo InverMéxico.

 

Aspe, Ortiz y Salinas lamentaron que el señor Creel “se echó para atrás”, pero al mismo tiempo lo ensalzaron diciendo que “había tenido muchos pantalones” porque tuvo que pagar una penalización de 50 mil millones de pesos viejos. Sin embargo, en opinión de este columnista publicada en aquel entonces, el señor Creel y “los otros” lo que hicieron fue “echarse para adelante” porque le ahorraron a los señores Somoza Alonso y Gómez y Gómez unos 752 mil millones de pesos.

 

Si el Grupo Radio Centro no paga habrá que preguntar si tiene los 400 millones con los que se dice podría ser penalizado.