PARÍS. Los sondeos de opinión ya habían escrito el guion, sólo faltaba que los votantes, confirmaran la trama anunciada de la primera vuelta de las elecciones departamentales en Francia en las que los ganadores más claros fueron la derecha de la UMP liderada por el ex presidente Nicolas Sarkozy y la ultra derecha el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Ante el resultado, el primer ministro francés, Manuel Valls, criticó a Sarkozy, por no pedir el voto contra el ultraderechista FN, al tiempo que consideró la división de la izquierda como causa del mal resultado del Partido Socialista.
“La posición de Sarkozy es una falta moral y política”, considero Valls en la radio “RTL”.
La reacción del primer ministro se produce después de que Sarkozy asegurara que su partido no respaldará al candidato socialista en las circunscripciones donde, para la segunda vuelta, afronte un rival del FN.
Valls señaló que esa postura “no soluciona ninguno de los problemas a los que está confrontada la UMP”, partido que preside Sarkozy y que se proclamó ganadora de la primera vuelta de las departamentales con 30% de los sufragios.
Le siguió el FN con el 25 % y el PS superó ligeramente el 20% de los votos.
Sarkozy dijo que allí donde no haya candidato conservador no pedirán el voto “ni por el FN, con quien la UMP no tiene nada en común, ni por el PS”, cuya política combaten.