Entre los jugadores de una de las plantillas más caras del mundo destaca la calidad del zaguero Álvaro Arbeloa, no es cualquiera, como tampoco son cualquier cosa las palabras con las se refirió a Javier Chicharito Hernández, criticado hasta el cansancio en el futbol mexicano por su condición de eterno suplente en el campeón de Europa, el Real Madrid, pero que según Arbeloa entrena todos los días a todo tren con los blancos por lo que, según palabras del zaguero, “Chicharito le ofrece al Real Madrid esa garra de mexicano tan bien valorada”.

 

No son palabras menores. El, para muchos, fracaso de Hernández como eterno suplente en la banca de los Merengues es apenas un ejemplo de la generación de la que goza Miguel Herrera, técnico nacional, salpicada con tipos que han depuesto la comodidad del medio futbolístico mexicano por tratar de triunfar en tierras europeas.

 

Como Chicharito, el carácter de otros tantos mexicanos que padecen en los banquillos de varias ligas del viejo continente semana a semana pone a prueba su temple. Le pasa a Guillermo Ochoa, cancerbero que con todo y haber sido mundialista en Brasil 2014 no ha sumado minutos en el Málaga en la liga española. Caso similar vive Raúl Jiménez, delantero de extracción americanista, que cambió el cobijo que le daba el sello de ídolo en la institución azulcrema, por hacerse con un lugar que aún está lejos de lograr en el actual campeón de la Liga de las estrellas: Atlético de Madrid, donde apenas ha convertido un gol y sólo ha jugado cuatro partidos como titular y 12 entrando de cambio hasta la fecha 28 del torneo.

 

Los números de Chicharito no son mucho mejores, si bien ha convertido tres tantos en la Liga, Javier Hernández sólo ha sido titular en un partido y ha entrado de cambio, al igual que Raúl, en 12; aunque pocos pueden presumir que los que le tapan la oportunidad de jugar tienen un costo en conjunto, según el mercado europeo, de casi 300 millones de euros, o al menos es lo que presume el Madrid tener entre Cristiano, Benzema y Bale.

 

No son todos, está el zaguero Diego Reyes, que apenas tiene acción con el Porto, pero prefirió seguir en el camino europeo a pesar de que tuvo ofertas de Chivas para regresar al futbol mexicano, donde seguramente tendría un lugar entre los indiscutibles. Y ya ni decir del caso de Alán Pulido, ex tigre, quien prefirió parar casi un año antes de aceptar un contrato, según él, inexistente que lo ataba a Tigres; hoy Pulido ya juega en la liga griega con la esperanza de llamar la atención de los gigantes europeos.

 

Y Andrés Guardado, quien pasó momentos amargos en el Deportivo y Valencia y hoy triunfa con el PSV; o Miguel Layún que prefirió luchar en la segunda división inglesa a seguir con el campeón América en México. Es la generación que le tocó a El Piojo, donde la calidad podrá cuestionarse, pero no el carácter.