BARCELONA. Barcelona (10-3) confirmó su gran racha en Euroliga al hilvanar su séptimo triunfo, esta vez 85-80 sobre su acérrimo rival Real Madrid (10-3), sin embargo, el liderato del Grupo E en el Top 16 continúa en manos de los “merengues”.
Aunque siguen de escoltas, los “culés” pudieron conseguir un poco de venganza en el Palau Blaugrana, en primera instancia por el lapidario 97-73 que los madridistas les endosaron en la primera vuelta y luego por la final de la Copa del Rey.
En juego estaba la cima absoluta del sector, pues ambas escuadras ya tenían en el bolsillo su cupo a los playoffs y la localía asegurada para las rondas decisivas; sin olvidar el honor que hay de por medio en cada clásico entre este par de gigantes europeos.
El primer cuarto de este choque, por la decimotercera jornada, empezó miel sobre hojuelas para la quinteta de Pablo Laso, conformada por el ala pívot mexicano Gustavo Ayón, el base Sergio Llull, el alero Rudy Fernández, el escolta estadunidense Jaycee Carroll y el capitán Felipe Reyes.
El nayarita comenzó con el pie en el acelerador al registrar un par de mates y ser colaborador constante de sus compañeros, aunado a su sello particular como principal referente a la hora de los rebotes “blancos”; en total entregó cuentas de 10 puntos, cinco rebotes, dos asistencias y un robo en 20:52 minutos.
Mientras que, Fernández también fue otro que comenzó a tambor batiente y se destapó con tres triples para permitir que los suyos tuvieran ocho de ventaja tras ese primer episodio. Pese a que su explosividad fue a menos, acabó con cosecha de 20 puntos y fue el máximo anotador de la tarde.
En general, la confianza se apoderó de los madrileños y cayeron en un bache profundo de imprecisiones sumado a una muy pobre efectividad en sus tiros que, a la postre, resultó mortal porque invitó a los “blaugranas” a crecerse.
Con triples de ensueño cortesía sobre todo del croata Mario Hezonja, los catalanes dieron vuelta a la historia, tomaron el control del marcador y ya no lo soltaron a pesar de la reacción del Madrid, que sobre el final alcanzó a ilusionarse con la paridad de 70-70.
Desde la banca, el alero argentino Andrés Nocioni trató de animar a sus compañeros, pero los rugidos del Palau maniataron a los “merengues”, que mantienen este paso irregular después de dos meses y medio invicto en todos los certámenes que encararon.
Lo que salvó a los dirigidos por Laso fue el diferencial de +24 unidades que fabricaron en el Palacio, durante el cotejo de ida, para reafirmarse como punteros definitivos deberán superar al conjunto lituano del Zalgiris Kaunas en la última fecha de esta instancia que engloba a los mejores 16 del continente.
OBO