Un Irán sin sanciones internacionales y libre para recibir inversiones extrajeras constituiría una “apetitosa” oportunidad de negocio para Occidente con su amplio mercado interno, uno de los mayores de Oriente Medio, su enorme riqueza energética y sus grandes perspectivas de crecimiento.
Así al menos lo sostienen tanto empresarios como expertos comerciales afincados en el país, al analizar las posibilidades de un acuerdo nuclear entre Teherán y las potencias del Grupo 5+1 (China, EU, Francia, Reino Unido y Rusia más Alemania) que eliminara las trabas que asfixian la economía iraní y abriera su mercado.
“Mira, esto va a explotar en cuanto se abra, y en realidad muchos empresarios y países, particularmente los europeos, ya están trabajando aquí desde hace meses allanando el camino para cuando se de el pistoletazo de salida”, señaló a EFE el agregado comercial en Teherán de un país latinoamericano.
Otros técnicos extranjeros coinciden, con mayor o menor entusiasmo, con esta apreciación, al señalar la “barbaridad” de mercado que hay por explotar en Irán, eso sí, sin dejar de subrayar la necesidad previa de que haya un acuerdo entre las dos partes que incluya el levantamiento de las sanciones.
La potente economía iraní -como la calificaron varios expertos consultados por EFE- abrirá posibilidades para todos los sectores, aunque desde luego será la energía, como ya lo fue antes de la imposición de las sanciones hace más de una década, el que centrará una mayor atención y el que sin duda se llevaría la parte del león de las inversiones.
No en vano Irán tiene el 10 % de las reservas probadas de petróleo del planeta y casi un 20 % de las reservas de gas natural, una enorme cantidad de recursos que, sin embargo, no se pueden explotar eficazmente debido a la enorme falta de inversión en infraestructuras.
Atraer el capital necesario para financiar la recuperación de esta industria, que diversas fuentes calculan entre 50,000 y 100,000 millones de dólares, será una de las prioridades de un gobierno iraní libre de sanciones.
Varios de los altos cargos iraníes ya expresaron su deseo de que este dinero llegue en forma de “inversiones a largo plazo” y de “compromiso con el país”, y apuntaron que las oportunidades que ofrece su país son tales que eso no asustará a los posibles inversores.
“Recuperar la capacidad financiera de este sector es lo primero que necesitan. Ellos ahora no pueden porque están exhaustos”, dijeron a EFE fuentes occidentales.
Irán ya prepara planes de contingencia
Por si acaso, Irán ya prepara planes de contingencia para gestionar el aluvión de inversiones que espera recibir y evitar problemas como la inflación y la falta de competitividad derivada de la entrada de miles de millones de dólares en su economía.
El ministro de Economía, Alí Tayebnia, reconoció públicamente que ésa es una de las mayores preocupaciones de su cartera y que, para evitarlo, se buscará enviar estos ingresos extra a fondos de desarrollo y financiar con ellos proyectos e inversiones en el sector privado.
Pedram Guerafian, de la consultora iraní Atieh Bahar, especializada en ayudar a inversores extranjeros, indicó a EFE que el fin de las restricciones implicará “salir de la parálisis económica” y garantizará “un crecimiento más rápido” del país, aunque apuntó que se tardará unos dos años para que esos beneficios “se noten realmente”.
Guerafian indicó que Alemania e Italia son los países que más interés muestran en Irán y que ya reabren sus oficinas y preparan el terreno, a expensas de lo que ocurra con el acuerdo nuclear.
“Otro tema más allá del pacto nuclear será la adecuación de la legislación local a estas inversiones. Tenemos muchas normativas que pueden complicar a los empresarios extranjeros y eso debería cambiar”, apuntó Bahar, un extremo en el que también coincidieron todos los técnicos consultados por EFE.