Ante el temor a ser víctima de la delincuencia más mexicanos decidieron cambiar sus rutinas, así lo revela la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, realizada en marzo pasado por el INEGI.
Los menores de edad han sido los más afectados pues 6 de cada 10 adultos decidieron restringirles o modificar el hábito de salir a la calle, lo que representa un aumento de 13.9 puntos porcentuales en comparación con marzo de 2014.
Pero la decisión de no usar objetos de valor, no llevar dinero de más o no salir con tarjetas bancarias ocupa el primer lugar en las medidas de prevención de la gente.
Además, la mayoría de las personas considera que vivir en su ciudad es inseguro, aunque la percepción de inseguridad registró una disminución de 4.5 puntos porcentuales, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La encuesta se aplicó a personas de al menos 18 años que reside en las capitales de los estados o ciudades seleccionadas de más de 100 mil habitantes, de acuerdo con la información que ayer fue dada a conocer.
El estudio también revela que la sensación de inseguridad por temor a la delincuencia y las expectativas que tiene la población respecto a la seguridad pública se generan por diversos elementos, entre los que destacan el haber sido testigo de conductas delictivas o antisociales.
Además, la interpretación del documento resalta que el temor a ser víctima de un delincuente puede modificar las rutinas cotidianas de la gente y la percepción sobre el desempeño de la Policía.
Esto se refleja en la medida de restringir la salida de sus hijos menores de edad a la calle para protegerlos de la delincuencia, decisión que tuvo el mayor incremento.
El 61.5% aceptó que modificó sus hábitos respecto a permitir que sus hijos menores salgan a la calle. El año pasado el porcentaje había sido de 47.6%.
Sin embargo, la decisión de llevar consigo a la calle objetos de valor, como alhajas, dinero o tarjetas bancarias sigue ocupando el primer lugar entre los hábitos que fueron cambiados, 64.9% ha decidido no hacerlo.