BOGOTÁ. Los gobiernos de Estados Unidos, Venezuela y Cuba dieron un paso que puede ayudar a que las tensiones entre ambos no distraigan la atención sobre los temas específicos de la VII Cumbre de las Américas, que con el lema Prosperidad con Equidad comienza este viernes en Panamá.

 

El presidente Barack Obama, una de las figuras centrales que tendrá el cónclave regional y que a principios de marzo impuso sanciones contra funcionarios chavistas y declaró al gobierno bolivariano “una amenaza para la seguridad nacional” norteamericana, aseguró que Estados Unidos están abiertos al diálogo con el país caribeño y aclaró que “Venezuela no sea una amenaza a los Estados Unidos y los Estados Unidos no es una amenaza al gobierno de Venezuela”.

 

A pesar de la voluntad de Washington de dialogar con Caracas, el jefe de Estado subrayó la preocupación de su gobierno por las intimidaciones del chavismo a sus adversarios políticos, “incluido el arresto y acusación por cargos políticos de funcionarios electos y la erosión continua de derechos humanos”.

 

En medio de las tensiones diplomáticas entre Caracas y Washington, el alto consejero del Departamento de Estado de EU, Thomas Shannon, mantuvo un encuentro con el presidente Nicolás Maduro, la canciller Delcy Rodríguez y también se reunió con ocho miembros de la coalición opositora en la sede de la embajada de Estados Unidos en Caracas. El secretario de la alianza, Jesús Torrealba, dijo que Shannon expresó que Washington está consciente de que “una situación crítica en Venezuela no afectaría únicamente a los venezolanos sino que tendría un impacto sobre toda la región” y por ello quiere ayudar a solventar la crisis.

 

En una entrevista concedida horas antes de iniciar Cumbre, en la que participará por primera vez Cuba, país con el que los Estados Unidos inició en diciembre pasado un proceso de negociaciones de entendimiento, Obama también hizo referencia a la relación de la Casa Blanca con la región y al cambio de política tras décadas de tensas relaciones con La Habana.

 

“Hemos visto un aumento en el contacto entre el pueblo de Cuba y Estados Unidos, y el entusiasmo del pueblo cubano hacia estos cambios demuestra que vamos por el camino correcto”, aseguró.

 

Según Obama, tras el histórico anuncio de normalización de relaciones hecho en diciembre, los diálogos bilaterales emprendidos con Cuba constituyen “las negociaciones más intensas y de más alto nivel de las últimas décadas” entre los dos países.

 

Obama adelantó que ya ha recibido de su secretario de Estado, John Kerry, la recomendación sobre si Cuba debe salir de la lista de países patrocinadores del terrorismo, pero aclaró que no ha tomado una decisión. “No voy a hacer un anuncio formal hoy sobre cuáles son esas recomendaciones”, anticipó el presidente, aunque se da por hecho que la decisión se conocerá en breve y que será favorable a la salida de Cuba de esa lista.