AUSTIN. Una empresa que trabajó como contratista de seguridad fronteriza en Texas dijo que se estaba “espiando a México” durante misiones de vigilancia aérea y solicitó a las autoridades estatales cautela sobre lo revelado, aunque funcionarios locales dijeron que la frase describía equivocadamente la operación, informó el pasado lunes un periódico.

 

La referencia al “espionaje” está contenida en un informe con fecha de noviembre de 2010 dirigido al Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés) de Texas durante un periodo en el que se había intensificado la violencia fronteriza. El periódico Austin American-Statesman obtuvo copia del documento.

 

La firma Abrams Learning and Information Systems, a la que Texas contrató en 2006 para que aportara conocimientos militares a las medidas de seguridad fronteriza estatal, dijo a funcionarios locales en el memorando que “necesitan ser cuidadosos aquí porque estamos admitiendo que se espiaba a México”. En el prefacio había un extracto en el que se mencionaba que se usaban aeronaves estatales para vigilar los movimientos de cárteles del narcotráfico.

 

Cuando se les consultó sobre el contenido del memorando difundido en el periódico, funcionarios del Departamento de Seguridad Pública discreparon de la versión.

 

Un proveedor externo elaboró este documento, y es imperativo aclarar que el departamento inequívocamente rechaza la referencia a ‘espionaje”’, dijo el portavoz Tom Vinger en un correo electrónico. “Esta referencia no refleja la postura del departamento ni jamás fue punto de conversación”.

 

Se desconoce hasta dónde pudo haber abarcado la vigilancia en México, si Texas ingresó al espacio aéreo mexicano o si simplemente orientó poderosas cámaras hacia el sur. Pero Vinger le dijo a The Associated Press (AP) el lunes por la noche que las autoridades texanas no entran al espacio aéreo mexicano.

 

Tampoco está claro si funcionarios mexicanos autorizaron la vigilancia ni si el estado tenía un acuerdo formal para compartir información de inteligencia con las autoridades federales.

 

Funcionarios del Departamento de Seguridad Pública dijeron que carecían de información para hablar directamente con la misión descrita en los documentos.

 

La Guardia Nacional de Texas, que operaba en forma regular los vuelos de vigilancia en respaldo de misiones antinarcóticos estatales y federales, dijo que carecía de información sobre la misión específica.

 

Tanto la Guardia Nacional como el DPS señalaron que sus operaciones aéreas evitan el espacio aéreo mexicano, y el departamento indicó que su vigilancia no va más allá del “área inmediata del interior” de México mencionada en el informe.

 

Conocida como ALIS y operada por el exgeneral del ejército John Abrams, la firma privada de defensa fue alguna vez un socio crucial del DPS. La compañía con sede en Virginia recibió 20 millones de dólares en contratos que no requirieron licitación, los cuales en un momento dado estuvieron bajo escrutinio de fiscales especializados en corrupción pública en Austin.

 

Tom Vinger, portavoz del DPS, dijo a The Associated Press que el último contrato con ALIS relacionado con seguridad fronteriza concluyó en 2010.

 

En los últimos años el DPS ha incrementado sus esfuerzos de vigilancia aérea. La agencia adquirió un avión espía de altitud elevada en 2012 y le ha solicitado a legisladores más fondos con el fin de adquirir otro.  DM