La jornada la abrió la fabulosa colección de la diseñadora Paula Raia, que para el verano 2016, apuesta por la slow fashion, un concepto que la diseñadora utiliza para proclamar la necesidad del tiempo en el proceso de idealización y construcción de las prendas.
La diseñadora se supera cada temporada y en esta ocasión los asistentes pudieron disfrutar de una pasarela monocolor, presentada en los salones de su vivienda particular.
El crudo conquistó la colección, que evocaba la espuma del mar, el fondo del océano y las herramientas de los pescadores, como redes y cabos de barco.
Con gran dominio de la técnica y vanguardista en concepto, Paula Raia presentó una colección muy femenina, que combinaba magistralmente los tejidos transparentes de muselinas y finos algodones con trabajos de telares manuales y bordados de altos volúmenes, todo ellos rematados con cuerdas y redes de pescar.
Osklen, por su parte, no decepcionó al público asistente y su desfile, que se celebró en una sala de exposiciones, se inspiró en el pueblo indígena Ashaninka, de la selva amazónica.
La paleta de colores cruda, negra y roja, característica de esta etnia, se presentó en pantalones, que estuvieron acompañados de semitúnicas muy estructuradas, elaborados en paja de seda tribal y seda rústica, con formas simples, rectas y sueltas que configuraban las prendas de tejidos leves, como la organza y la seda.
La tarde comenzó con Ellus, emblemática marca de ropa vaquera, que introdujo piezas de denim con un nuevo proceso de lavado color Dry Dust y combinadas con ropas inspiradas en la cultura de Marruecos y su tapicería local, como estampas de seda, las bolsas y la bisutería realizadas por los artesanos del país africano.
La modelo Isabeli Fontana abrió el desfile de Agua de Coco, una de las marcas de ropa de baño brasileña con presencia internacional, que conmemoró sus 30 años de existencia rindiendo homenaje a los artesanos del encaje y los bordados del estado de Ceará, donde nació la marca.
La pasarela combinó de forma sofisticada el estilo de playa y la licra con las aplicaciones de delicados trabajos a mano.
Los deslumbrantes cuerpos de las modelos Caroline Ribeiro y Aline Weber potenciaron la elegancia en trajes de baño y sandalias de playa, piezas preciosas y de belleza única hechas “por manos que hacen historia”, según comentó la diseñadora Liana Thomaz a Efe.
La segunda jornada de la Semana de la Moda de Sao Paulo prosiguió con Lilly Sarti, que llevó hasta la pasarela la esencia de los años 70 con aires orientales, en pantalones semiacampanados y tejidos como el ante, el chiffon de seda y los vaqueros.
Sacada, fiel a su imagen de mujer elegante y práctica, apostó por la mezcla de materiales como punto, piquet o seda en estilismos de estética futurista y formas “retro” en vestidos y tops.
La marca Triya desfiló por primera vez en la pasarela paulista con una colección de ropas de baño, inspirada en la historia de amor platónico entre una sirena y un surfista.
La colección de 11 estampas exclusivas combinó el estilo sobrio y deportivo de la ropa de surf con la delicadeza del fondo marino, representada por las redes, sedas, bordados y macrames. EFE