El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) estimó que la economía mexicana crecerá este año 2.4 por ciento, y que para 2016 se recupere a una tasa de 3.2 por ciento.
El profesor-investigador de la División de Economía del CIDE, Raúl Feliz Ortiz, explicó que el crecimiento esperado por la institución educativa para 2015, menor al 2.8 por ciento, obedece fundamentalmente a la reciente caída en el precio del petróleo.
No obstante, dijo, para 2016 se pronostica una recuperación a una tasa de 3.2 por ciento, pues se prevé que el precio del petróleo aumente cuatro dólares, mejore el consumo y parte de los ingresos del sector exportador se trasladen al resto de la economía.
Informó que el CIDE estima una inflación de 3.1 y 3.4 por ciento en 2015 y 2016, un tipo de cambio de 14.70 y 14.8 pesos por dólar, así como un precio de petróleo de 48.80 y 50.30 dólares por barril, respectivamente.
Asimismo, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) disminuirán 4.5 y 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) este año y el próximo, lo cual muestra que el gobierno federal está planeando consolidar sus finanzas públicas.
En su conferencia trimestral sobre la economía nacional e internacional, el especialista refirió que el escenario de crecimiento más probable para este año es entre 2.5 y 2.6 por ciento, por lo cual no se alcanzará el rango oficial, de entre 3.2 y 4.2 por ciento.
De acuerdo con Feliz Ortiz, la tasa de crecimiento de 2.4 por ciento pronosticada por el CIDE para este año implica que los consumidores no ven que su situación personal ha mejorado ni esperan que lo haga en los próximos 12 meses.
“Hay un espíritu de estancamiento en la economía y si lo pusiéramos contra las expectativas que se manejaron, yo diría que hay una frustración generalizada de expectativas en comparación a lo que se había prometido por los políticos en el gobierno”, agregó.
Este escenario, afirmó, se reflejará en una reducción en el ritmo de creación de empleos, en falta de incrementos en los salarios, los cuales se estancarán con un alza de 4.0 por ciento y, en conjunto, se limitará la capacidad de consumo de las familias mexicanas.
Explicó que el bajo crecimiento económico previsto para este año obedece fundamentalmente a la caída en el precio del petróleo, a una “crisis de liderazgo” que ha generado frustración entre empresarios y consumidores, así como a un ambiente “bastante deprimido en la parte doméstica”.
No obstante, anticipó que el año próximo la economía mexicana se recuperará a una tasa de crecimiento de 3.2 por ciento, impulsada por un incremento en el precio del petróleo, una reactivación del consumo y un traslado de los ingresos del sector exportador al resto de la economía.
Respecto a la política monetaria, Feliz Ortiz consideró que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos aumentará su tasa de referencia entre 0.5 y 0.7 por ciento en septiembre y octubre próximo, ante lo cual estimó que el Banco de México debería esperar dicha decisión para tomar una acción similar.
Por su parte, el también profesor-investigador de la División de Economía del CIDE, Alejandro Villagómez, afirmó que el ajuste preventivo al gasto aplicado este año y el próximo tendrá un efecto en el crecimiento económico.
Sin embargo, en caso de que no pueda contratarse una cobertura petrolera en 2016, el escenario podría complicarse aún más.
Para que funcione el llamado “presupuesto base cero”, que se elaborará para el año próximo, serán necesarios cambios radicales, entre ellos llevar a cabo una verdadera reforma fiscal que toque temas como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), puntualizó. DM