RÍO DE JANEIRO. Toneladas de peces han muerto en una laguna donde se realizarán las pruebas de remo en los Juegos Olímpicos del próximo año en Río de Janeiro, mientras las autoridades y biólogos argumentaron el jueves sobre la causa de la muerte masiva.

 

La compañía de manejo de desperdicios de Río, Comlurb, informó la noche del miércoles que había recolectado más de 37 toneladas de peces muertos de la laguna Rodrigo de Freitas desde que comenzaron a aparecer los animales sin vida a finales de la semana pasada.

 

Los recolectores de basura estuvieron nuevamente en el lugar el jueves para retirar más peces muertos de la superficie del agua, y Comlurb señaló que el esfuerzo continuará hasta que cesen las muertes.

 

Los peces en descomposición, pequeños plateados de nombre Saboga (Alosa fallax), fueron transportados en camión al vertedero principal de la ciudad.

 

Pero un hedor abrumador se mantuvo sobre la laguna, lo que generó quejas de los molestos vecinos y transeúntes.

 

Tales muertes masivas no son inusuales en Río, donde los ríos, lagos e incluso el océano están contaminados por basura y aguas residuales. En febrero, varios bancos de sabogas fueron encontrados muertos en aguas de la Bahía Guanabára, donde se realizarán los eventos olímpicos de vela.

 

El secretario de medio ambiente de Río dijo el jueves que el más reciente incidente es el resultado de un cambio repentino en la temperatura del agua.

 

“Las intensas lluvias de la semana pasada y el incremento en el nivel del mar provocaron un repunte en el agua marina que ingresa al lago, provocando un choque termal”, señaló en un comunicado en el que reporta que la temperatura del agua descendió 4 grados Centígrado en un corto periodo de tiempo.

 

Sin embargo, varios científicos han rechazado dicha explicación, señalando que el verdadero responsable es la contaminación.

 

Estefan Monteiro da Fonseca, oceanógrafo de la Universidad Federal Fluminense, dijo que la explicación oficial “no tiene ningún sentido”.

 

“El lago sigue recibiendo grandes cantidades de aguas residuales”, comentó, y agregó que tiene “grandes concentraciones de sulfuro debido al material orgánico que se le vierte, y dependiendo de los vientos, el material sube a la superficie y mata a los peces”.

 

La calidad del agua de Río se ha convertido en uno de los temas más polémicos de cara a los Juegos Olímpicos de 2016. Las autoridades han dicho desde hace tiempo que el evento sería un catalizador para una limpieza a gran escala a los ductos acuáticos de la ciudad, pero mientras se aproxima la fecha de la justa con pocas mejorías, las autoridades ahora admiten que no se podrán cumplir las promesas olímpicas.

 

El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao reconoció a inicios de la semana que “no habrá tiempo” para terminar con la limpieza previa a los Juegos, sugiriendo que podría concluirse hacia finales de 2018.

 

Los practicantes de vela han expresado sus preocupaciones de salud y seguridad en repetidas ocasiones con respecto a competir en las aguas de la ciudad.

 

Fonseca, el oceanógrafo, advirtió que en caso de ocurrir otra muerte masiva de peces durante los Juegos de agosto de 2016, “la imagen de Río sufriría daños irreparables”.

 

OBO