BUENOS AIRES. La investigación por la muerte de Alberto Nisman parece haber dado un giro luego de que se conociera que en la casa de Sara Garfunkel -madre del fiscal argentino- fue hallada un arma calibre 22, similar a la que Diego Lagomarsino –trabajador de Nisman- le entregó al hombre que fue hallado sin vida con un disparo en la cabeza: Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman consideró que ese dato modifica todo el escenario. Y el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández no sólo coincidió, sino que además puso en la mira a la mamá de la víctima.
“Si yo hubiera sido fiscal, la hubiera detenido, y hubiera allanado (la vivienda de Garfunkel) hace 88 días, por lo menos”, indicó Fernández en su contacto diario con los medios.
“¿Qué hace la pistola en manos de la madre? ¿La madre, qué es lo que conoce? ¿Cuántas horas estuvo en el departamento (de Nisman)? ¿Había una carta del fiscal? La presencia de esta arma, claro que cambia la situación, debe ser la primera vez que coincido con la jueza (Sandra) Arroyo Salgado”, agregó Fernández.
El pasado martes, Garfunkel (73 años) declaró ante la fiscal Viviana Fein que encontró hace dos semanas una pistola entre las pertenencias de su hijo guardadas en su casa.
Arroyo Salgado, querellante en la causa en representación de sus hijas, menores de edad, afirmó que el hallazgo del arma “cambia todo, cambia el escenario” de la causa.
Por el contrario, Fein aseguró que “no modifica la investigación”.
Según los investigadores de la Fiscalía, Nisman murió el pasado 18 de enero de un disparo en la cabeza en su domicilio de Buenos Aires, en circunstancias aún sin aclarar, días después de presentar una denuncia contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento a terroristas.
Sin embargo, los peritos contratados por la querella sostienen que Nisman fue asesinado el pasado 17 de enero en el baño de su casa de un tiro en la cabeza y que su cuerpo fue movido de su posición original.
La designación de un fiscal al que se considera afín al oficialismo para que investigue la denuncia de Alberto Nisman, generó una nueva polémica en el caso.
La denuncia, iniciada por el fiscal cuatro días antes de morir pasó a la Cámara Federal de Casación Penal este miércoles y quedó en manos del fiscal Javier De Luca, miembro de la agrupación afín al oficialismo Justicia Legítima.
La Cámara recibió la denuncia después de haber sido desestimada por dos instancias judiciales previas y apelada de nuevo por el fiscal Gerardo Moldes, quien ha mantenido duros cruces con el gobierno.
Aníbal Fernández, criticó a Moldes por llevar a cabo una “actividad parcial y decididamente en contra del Gobierno”, por presionar para que la causa quedase en manos de su colega Ricardo Wechsler.
La asignación de la denuncia de Nisman a De Luca o a Wechsler dependía del momento de ingreso de la querella en la Cámara, ya que precisamente ayer cambiaba el turno fiscal.