BOGOTÁ. El ataque perpetrado por las FARC en el suroeste de Colombia, en el que murieron 11 militares y otros 24 resultaron heridos, según las últimos datos oficiales, fue catalogado por la Fiscalía como “crimen de guerra” porque los rebeldes utilizaron explosivos no convencionales.

 

“Los métodos de ataque que fueron utilizados por las FARC, que incluyeron el uso de artefactos explosivos no convencionales, constituyen un crimen de guerra, adicional a los homicidios que se han cometido”, aseguró la institución en un comunicado leído por el fiscal general, Eduardo Montealegre.

 

Además, agrega el texto, un ataque “donde se causan daños y sufrimientos innecesarios está prohibido por el Derecho Internacional Humanitario”, por lo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “también deberán responder por la forma en la que realizaron esta emboscada”.

 

Según explicó el Ejército, el ataque se produjo durante la madrugada del miércoles en la zona rural de Buenos Aires, en el departamento del Cauca (suroeste), donde los soldados fueron sorprendidos por los guerrilleros mientras dormían en un polideportivo.

 

Esta circunstancia ha sido determinante para que, en una intervención oficial horas después, Montealegre asegurara que la muerte de los militares era “homicidio en persona protegida”, algo que explicó tras la extrañeza generada.

 

“Cuando los miembros de las Fuerzas Armadas permanecen fuera de combate o en una condición análoga, gozan del estatus de persona protegida. Cualquier atentado contra su integridad se considera una infracción al Derecho Internacional Humanitario”, explicó la Fiscalía.