Andrés Guardado vive tal vez el mejor momento de su carrera, ayer se coronó campeón de la Eredivisie con el PSV Eindhoven, su hijo Máximo acaba de nacer y en Holanda lo tratan como a un rey.
El apodado Principito llegó a Hornada con más dudas que certezas, se había convertido en un jugador errante luego de su paso por el Deportivo La Coruña, en el Valencia y en el Leverkusen poco pudo hacer.
Ahora en el PSV fue parte fundamental del equipo dirigido por Philip Cocu, y los aficionados se lo reconocen.
Desde su llegada, la modestia del mexicano cautivó a los holandeses, que en respuesta le expresaron su gratitud de las formas más ingeniosas.
Desde un inmenso mosaico con la bandera mexicana que tapizó la tribuna del Philips Stadion, además de un mensaje en español en agradecimiento.
Pero los reconocimientos no pararon ahí, los 35 mil espectadores que le caben al estadio coreaban el Cielito Lindo cada que Guardado debaja el campo.
El reconocimiento más reciente de parte de la afición a Guardado fue esta semana, cuando un seguidor de los Granjeros elaboró una cerveza a la cual bautizó con el nombre del mediocampista mexicano.
Guardado es el tercer mexicano que se corona con el PSV, antes lo hicieron Carlos Salcido y Francisco Maza Rodríguez.