La caída en indicadores clave como la inversión privada, las exportaciones y el consumo, así como una creciente desigualdad en el país son factores estrechamente vinculados al aumento en las tasas de criminalidad y homicidios relacionados con el narco.
La investigación titulada “Los efectos del crimen en la economía mexicana”, realizada por la Universidad de Monterrey, analiza el periodo 2000-2010, cuando la incidencia de homicidios en el país se incrementó 130% (al pasar la tasa de 2.9 a 6.6 asesinatos por cada 100 mil habitantes), en paralelo, en el mismo lapso cayeron la inversión privada (16.25%), las exportaciones (15.6%) y el consumo privado (3.9%).
En otro reporte, divulgado este lunes, el Banco Mundial (BM) advierte sobre la relación entre la violencia generada por el tráfico de drogas y el aumento en la desigualdad en América Latina, pero de manera particular en México.
En su estudio “Prosperidad compartida y fin de la pobreza en América Latina y el Caribe”, el organismo internacional vincula el incremento de más de 10 homicidios relacionados con las drogas por cada 100 mil habitantes en México en el periodo de 2006 a 2010 con el aumento de un punto porcentual en el coeficiente de Gini, un indicador de la desigualdad de los ingresos dentro de un país.
Jorge Garza, académico de la Universidad de Monterrey y quien encabezó la investigación, comentó en entrevista con 24 HORAS que el análisis econométrico encontró que el crimen desvanece el clima de inversión y disminuye el consumo.
Si bien los investigadores de la Universidad encontraron que el Producto Interno Bruto (PIB) repunta 0.22% cuando el crimen crece 10%, Garza explicó que no se trata de un efecto extraordinario, pues ya otras investigaciones como la realizada en Italia en 2010, dan cuenta de que las organizaciones delictivas, cuando se encuentran muy insertadas en la economía, generan efectos multiplicadores en la economía formal.
Datos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal indican que el mercado del narcotráfico en México asciende a 60 mil millones de dólares anuales y de acuerdo con la investigación universitaria, entre 2000 y 2010 el crimen fue un factor que motivó un repunte en las importaciones de 15.6%, atribuido a la derrama económica que generan las actividades ilícitas.
Aunado a lo anterior, aun cuando el aumento del crimen generó un mayor gasto público en seguridad, el cual fue de hasta 30%, esto afectó negativamente al desarrollo económico, ya que estos recursos no se destinaron a la inversión pública o la creación de empleo
El académico aclaró que la investigación descarta un efecto benéfico para la economía pese a la relación directa con el PIB, ya que es claro el daño que ocasiona a otras actividades cruciales como la inversión, el consumo y las exportaciones.
Impacto municipal
En el estudio divulgado esta semana, el Banco Mundial expone a su vez que entre 2007 y 2011 el porcentaje de homicidios relacionados con las drogas en relación con la cifra total de asesinatos pasó de 27% a 73%, lo cual tuvo impactos negativos sobre el crecimiento de los ingresos de los municipios más pobres.
De acuerdo con al reporte, los delitos relacionados con el tráfico de drogas generaron un impacto negativo sobre el crecimiento del ingreso en los municipios de México entre 2005 y 2010, mientras que los delitos no relacionados con las drogas no tuvieron efectos significativos sobre el crecimiento económico.
“La violencia relacionada con las drogas también se asocia con un nivel de desempleo más elevado y un desempeño escolar más bajo; además, puede tener consecuencias perjudiciales de largo plazo en la acumulación de capital humano”, dice el estudio.
El incremento de la violencia en México trajo mayores presupuestos para seguridad que alcanzaron los niveles de inversión en desarrollo social. Este tipo de gasto traerá consecuencias en el largo plazo al disminuir la riqueza y bienestar en los hogares mexicanos. “Las pruebas sugieren que no sólo los delitos relacionados con las drogas obstaculizan el crecimiento económico: los costos de combatir el narcotráfico se calculan en 9 mil millones (de dólares) al año, una cifra casi equivalente al gasto del gobierno mexicano en desarrollo social”.
El estudio advierte que si bien hay escasez de información sobre los hogares, un análisis de los datos municipales sugiere que la relación entre la pobreza y el crimen en México era convexa en 2010: las tasas de homicidio eran más altas en los municipios más pobres y en los más ricos.
Esto, señala, podría deberse a que las organizaciones delictivas estaban diversificando sus actividades en los municipios más ricos por medio de secuestros y extorsiones, o bien, a la aplicación de una estrategia de seguridad eficaz en zonas con alta concentración de delitos y pobreza.