En febrero de este año, un grupo de vecinos del municipio de Tultitlán, Estado de México, bloqueó la Vía López Portillo para exigir a las autoridades seguridad luego de que corrió el rumor de que en la escuela Ricardo Flores Magón fueron robados tres niños.

 

La mentira se volvió virulenta en redes sociales y causó psicosis. En aquellos días muchos padres de familia decidieron no llevar a sus hijos a la escuela y hubo alto ausentismo en los planteles escolares del municipio hasta que la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) rechazó tener alguna denuncia por desaparición de niños.

 

Los manifestantes nunca dieron los nombres de los supuestos desaparecidos ni el número de averiguación previa levantada por los padres afectados.

 

Además, el año pasado, en el marco de la marcha del 20 de noviembre por la búsqueda de los normalistas de Ayotzinapa, circularon varios audios en mensajes de whatsapp y redes sociales para alertar a estudiantes universitarios sobre presuntos grupos de porros que tomarían las escuelas, como un método para generar confusión y desincentivar la protesta.

 

Estos audios señalaban que a partir de ese día iniciaría una “segunda revolución mexicana” y sembraron temor entre las instituciones, principalmente las privadas, por la presencia de “gente de Oaxaca e Iguala” y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que es “peligrosa”.

 

En septiembre de 2012, en el periodo poselectoral, se registró un hecho similar, cuando también a través de redes sociales se alertó de supuestos enfrentamientos armados y amedrentaciones a comerciantes en el municipio de Nezahualcóyotl y al oriente del Distrito Federal.

 

Lo mismo ha ocurrido en otros estados como Morelos, cuando en abril de 2010 una serie de correos electrónicos y mensajes en redes sociales provocaron que comerciantes cerraran sus negocios por varios días en Cuernavaca, esto ante el temor de supuestos ataques de un grupo de la delincuencia organizada.