El renombrado periódico británico The Guardian, ganador del premio Pulitzer 2014 por sus artículos sobre el espionaje gubernamental en Estados Unidos, dio a conocer a nivel internacional la lacerante plaga de feminicidios que azota al Estado de México, con mención especial para Ecatepec.

 

Con un reportaje titulado “Las víctimas ‘invisibles’ del Edomex, el lugar más peligroso de México para ser mujer”, The Guardian aborda la historia de horror, negligencia de la autoridad y búsqueda de la verdad. El artículo cita cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, que reportan más de mil 250 desapariciones de niñas y mujeres entre 2011 y 2012 (53 % entre los 10 y 17 años), así como 448 mujeres asesinadas durante el mismo periodo.

 

Pese a este y otros impactos noticiosos nacionales e internacionales que denuncian la gravedad del asunto, pareciera que existe cierta resistencia de las autoridades, de todos los niveles, a reconocer el tamaño de la crisis (el diario menciona en su artículo que buscó en varias ocasiones a distintas instancias de gobierno para una declaración, pero no recibió respuesta).

 

Después de años de cifras alarmantes, uno podría pensar que hay intereses políticos en no aceptar, por ejemplo, la necesidad de activar la alerta de género (acciones de emergencia emprendidas por el gobierno para combatir la violencia contra las mujeres) en la entidad. Sería muy negativo para los gobiernos estatal y federal (ambos del PRI) aceptar una crisis de este tipo en el estado que gobernó el hoy presidente Peña.

 

La violencia contra las mujeres mexiquenses debe atraer la mayor atención posible. Si un reportaje en uno de los periódicos más importantes del mundo no orilla a las autoridades a actuar, los ciudadanos somos los que debemos exigir la atención de la problemática, sobre todo ahora en tiempos electorales.

 

En el caso concreto de Ecatepec, ¿los candidatos a la alcaldía abordarán este tema en campaña? La titularidad de este ayuntamiento se disputará principalmente entre el priista Indalecio Ríos (ex secretario técnico del gabinete estatal, ex alcalde sustituto de Ecatepec y hombre de confianza del gobernador Eruviel Ávila) y el perredista Octavio Martínez (diputado local con licencia).

 

Ambos perfiles tienen en su haber responsabilidades recientes estrechamente ligadas a temas de seguridad en el estado: Ríos fue vocero de Seguridad estatal; Martínez fue presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Tránsito en el congreso local. Los dos conocen la situación y están obligados a proponer medidas para ayudar, desde el gobierno municipal, a prevenir estos crímenes atroces.

 

La realidad es que, pese a las muertes de estas mujeres, el votante probablemente no castigará a los gobiernos y partidos involucrados directa o indirectamente en la no prevención de estos delitos. ¿Por qué existe esa sensación de que no se está haciendo el mayor esfuerzo posible? ¿Falta voluntad política? ¿Cuánta presión mediática nacional o extranjera se necesita para que las autoridades actúen? En lo que estas últimas se ponen de acuerdo, probablemente morirán más niñas y mujeres mexiquenses.

 

En 1974, la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann introdujo la teoría de la “espiral del silencio”. Esta plantea (en términos generales) que el grueso de la gente tiende a adoptar opiniones que percibe como mayoritarias (gracias, en parte, a los medios masivos de comunicación), debido a un temor casi implícito a la exclusión social en caso de ser una voz minoritaria. Esto genera un clima que va silenciando las opiniones menos populares. Con los feminicidios, las autoridades mexicanas le han apostado a la “espiral”.

 

Se han empeñado en generar una percepción más o menos generalizada de que el problema no está fuera de control, mientras las voces minoritarias (familiares de las víctimas, las ONG involucradas) corren el riesgo de ser silenciadas. Es por esto que reportajes como el de The Guardian son tan importantes: ayudan a que las voces minoritarias no sean aplastadas por la hegemonía del discurso oficial.