CHILPANCINGO. Al cumplirse siete meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, maestros de la CETEG, normalistas y algunos padres de los desaparecidos marcharon para exigir la presentación con vida de los estudiantes. Al llegar a las instalaciones de Congreso le prendieron fuego a seis camionetas.
El punto de reunión fue la Glorieta del Caballito, que se ubica en la entrada norte de Chilpancingo, hasta ahí llegaron el grupo de manifestantes, marchando unas mil 500 personas con rumbo al sur de la ciudad. Al frente llevan estandarte con las fotos de los normalistas, también van niños con el rostro cubierto, armados con palos, resorteras y toletes.
Esta marcha fue convocada por el grupo llamado radical, que dirige Antonia Morales, líder de la CETEG en Chilpancingo, quien es opositora al secretario general de esa organización, Ramos Reyes Guerrero.
Una vez que llegaron frente a las instalaciones del Congreso, los manifestantes colocaron en las diferentes entradas del edificio camionetas repartidoras de Bimbo, Gamesa, Marinela y Ricolino y les prendieron fuego, además de que los manifestantes rompieron los vidrios de la fachada del edificio.
Con dos camiones, los manifestantes rompieron la ventana principal del acceso al recinto legislativo y agredieron con piedras y bombas molotov a los policías estatales antimotines que resguardaban el lugar. También incendiaron parte del mobiliario.
Los agentes de seguridad los trataron de dispersar lanzando gas lacrimógeno.
Elementos del cuerpo de bomberos y Protección Civil arribaron al lugar para sofocar las llamas de dos vehículos incendiados.
Policías federales que llegaron al Congreso local luego de que integrantes de la Asamblea Nacional Popular (ANP) quemaran seis unidades repartidoras de productos chatarra, persiguieron por la Autopista del Sol a normalistas que corrieron tras los hechos con dirección al sur de la ciudad.
El operativo fue coordinado por el comandante José Luis Solís “Espartaco”, quien junto a unos 100 policías federales corrieron portando equipo antimotines, a unos metros del Congreso, por donde corrieron normalistas de Ayotzinapa.
La persecución ocurrió sobre la circunvalación de la avenida Trébol adyacente al recinto legislativo, hasta llegar al bulevar Vicente Guerrero, que cruza en Chilpancingo, a la Autopista del Sol. No hubo detenidos.