EL CAIRO. El Tribunal Penal de Guiza condenó hoy a 71 personas a cadena perpetua por incendiar una iglesia y por otros actos de violencia ocurridos en agosto de 2013 en la localidad de Kerdasa, al suroeste de El Cairo.

 

Dos menores de edad fueron asimismo sentenciados a 10 años de prisión en este caso, según informó la agencia oficial egipcia Mena, que señaló que entre los condenados hay extremistas y miembros de los Hermanos Musulmanes.

 

La corte encontró culpables a los procesados de intento de asesinato, uso de armas de fuego, porte ilegal de armas y resistencia a las autoridades.

 

También les condenó por unirse a una agrupación prohibida, en alusión a los Hermanos Musulmanes, declarados grupo terrorista en diciembre de 2013.

 

El ataque contra la iglesia se produjo tras el desalojo policial de dos acampadas en El Cairo de los seguidores del derrocado presidente Mohamed Mursi -dirigente de la cofradía-, que causó cientos de muertos.

 

Las investigaciones probaron, según el tribunal, que los acusados llevaron a cabo su delito dentro de un plan general de la Hermandad para expandir el caos y la violencia en el país.

 

Tras el brutal desmantelamiento de las acampadas, estalló una ola de disturbios en todo el país, con numerosos ataques contra comisarías e iglesias.

 

En Kerdasa fue de hecho atacada una comisaría, donde murieron 14 policías, un suceso por el que han sido condenados a pena de muerte 183 personas.

 

Kerdasa, considerada un feudo histórico de islamistas egipcios, tanto moderados como yihadistas, estuvo tomada durante un mes por grupos de esa tendencia hasta que las fuerzas de seguridad lanzaron una operación para recuperar su control en septiembre de 2013.

 

Cientos de personas han sido sentenciadas a pena de muerte y cadena perpetua en el último año y medio en Egipto en macrojuicios que las organizaciones de derechos humanos han criticado por no respetar los principios de un proceso justo y por la severidad de las penas, entre otros motivos.  DM