LOS ÁNGELES. Manny Pacquiao y su entrenador Freddie Roach han dedicado el último par de meses a definir el plan que les permita descifrar el enigma más complicado en el boxeo actual.
Pacquiao y Roach revelarán la respuesta a detalle el sábado por la noche en Las Vegas, donde los dos boxeadores librarán la pelea que más ganancias económicas reparta en la historia de este deporte. Pero las claves sobre la estrategia para romper la impenetrable defensa del estadunidense fueron evidentes el lunes.
Pacquiao fue un torbellino desde el momento en que subió al cuadrilátero. Lanzó decenas de golpes mediante combinaciones contra los guantes y el peto de Roach.
“Puedes vencer a Floyd Mayweather si trabajas más que él y si no le das la oportunidad de hacer aquello que hace mejor. Manny está pegando verdaderamente duro, pero quiero ver que se imponga en las anotaciones en cada round. Pienso que podemos ganar una decisión tras 12 rounds. Queremos lanzar golpes por tonelada”, afirmó Roach.
De acuerdo con el propio púgil y con su entrenador, Pacquiao apuesta a que su agresividad, actividad y volumen de puñetazos basten para derrotar a Mayweather.
El filipino, campeón mundial en ocho divisiones, ha entrenado intensamente para soportar 12 asaltos de ataque ininterrumpido. “Las piernas de Mayweather están desgastadas, y ustedes lo vieron dos veces el año pasado. No es que él quiera ahora complacer más al público. Simplemente no puede moverse como antes, así que debe intercambiar más golpes. A medida que podamos golpearlo y movernos, no podrá tocarnos”, afirmó Roach.
El entrenador y pupilo han desestimado la posibilidad de un nocaut. Mayweather rara vez se ha visto tambaleante en su carrera, mucho menos ha visitado la lona. Y Pacquiao no ha noqueado a nadie en sus últimas nueve contiendas desde 2009.
“No puedo asegurar que él vaya a noquear a este tipo, porque de verdad nunca ha tenido tanta pegada en las 147 libras. Ello se debe a que, a la hora de la pelea, la mayoría de sus rivales ha pesado 160, y casi todos son más altos”, explicó.