A fin de cuentas, y luego del sainete que montaron los legisladores sobre la fallida reforma del Distrito Federal, cabe preguntar: ¿A quién o a quiénes beneficiaría la conversión del DF en una entidad más de la República, con el nombre de Ciudad de México?

 

¿Cuál sería la ganancia, en términos sociales, económicos y políticos, para el ciudadano de a pie, si los chilangos tuvieran Constitución propia como todos los estados de la Federación y alcaldías, es decir, ayuntamientos con sus respectivos presidentes municipales y cabildos?

 

¿Aumentarían las tasas de empleo; disminuirían los índices delictivos; se acabaría la corrupción de los funcionarios públicos; terminaría para la clase política de la capital del país la dorada época de “moches”; dejaría de ser la Ciudad de México botín político y económico de las tribus perredistas, panistas, priistas y morenistas?

 

La realidad es que, para los habitantes del DF no tendría la menor importancia.

 

En consecuencia, el pleito de los partidos políticos en torno a la reforma del DF esconde motivos que nada tienen que ver con la búsqueda del bien común para los chilangos.

 

La confrontación tiene su origen en la búsqueda del bien particular para los líderes de izquierdas y derechas, cuya mira está puesta en el arrancadero de la elección presidencial 2018.

 

Ese arrancadero ya tiene en sus marcas a varios, entre ellos al actual jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, promotor de la polémica reforma y que quiere colocarse en el pecho la medalla de la supuesta paternidad del supuesto nuevo status de la supuesta nueva entidad de la Federación.

 

AGENDA PREVIA

 

Resultado sin precedente el de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados –cuyo último periodo ordinario de sesiones concluyó el 30 de abril pasado–, destacó Manlio Fabio Beltrones, coordinador del grupo parlamentario del PRI en San Lázaro. Se aprobaron 29 reformas constitucionales, 442 reformas y decretos y 44 nuevas leyes que dan cauce jurídico a la transformación nacional en el ámbito educativo, de telecomunicaciones, energía, competitividad, hacienda pública, justicia, transparencia, anticorrupción y régimen político, producto de un trabajo legislativo plural, subrayó.

 

Dijo el secretario Alfonso Navarrete Prida durante la Conmemoración del Día del Trabajo: “No podemos cerrar los ojos ante el hecho de que hoy, sólo cuatro de cada 10 trabajadores son beneficiarios de la protección social que brindan instituciones como el IMSS, el ISSSTE y otras que se han creado a lo largo de un siglo. El reto para nuestra generación, es construir nuevos esquemas que permitan ensanchar la protección social y lograr la inclusión de ese 60% de trabajadores que lamentablemente y a pesar de avances descritos que no se discuten, no pertenecen a una empresa formal, no gozan de membresía a organizaciones sindicales o que al trabajar por su cuenta, al margen de relaciones laborales debidamente reconocidas, carecen de la protección de las normas del trabajo…”

 

¡Pues no que el programa del gobierno federal “Crezcamos Juntos” está dando excelentes resultados! Exclaman medio sorprendidos algunos especialistas laborales

 

¡Estamos fritos!, exclaman los perplejos, y explican: Los delincuentes organizados derribaron el viernes 1 de mayo en Jalisco un helicóptero Cougar del ejército con 18 personas a bordo, con un saldo de tres soldados muertos, otros 10 y dos policías federales heridos de gravedad y tres desaparecidos. Además, en diversas acciones violentas en el estado –37 bloqueos en 25 municipios– murieron siete personas más: tres soldados, un agente federal, un civil y dos delincuentes.

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Y ante estos graves hechos el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, tuvo el cinismo de convocar horas después a una conferencia de prensa para decir tan orondo: “Todo está bajo control”. Obviamente no dijo de quién.

 

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