LAS VEGAS. El regreso de Hillary Rodham Clinton a Nevada, el lugar en el que sostuvo una de las más duras batallas con el entonces senador Barack Obama, estaba diseñado para proyectar su postura sobre el tema migratorio: legalizar lo legalizable, es decir, encontrar una postura legislativa con miras de otorgarles la ciudadanía a un componente demográfico ya asimilable a la cultura estadunidense.
No fue la ocurrencia de la agenda la quien llevó a Hillary a la secundaria de Rancho High en Las Vegas, donde 70% de los estudiantes son hispanos. Se trató del Cinco de mayo, una especie de día de México en Estados Unidos.
Clinton sentó las bases de su agenda sobre inmigración en su primera escala en Nevada desde que lanzó su campaña por la candidatura presencial demócrata. Después de años de demora en el Congreso, los hispanos y los activistas por un cambio en las políticas inmigratorias observan atentamente las declaraciones de la aspirante para determinar cómo podría destrabar la situación legislativa y ver si extenderá las acciones ejecutivas del presidente Barack Obama para levantar la amenaza de deportación a millones de inmigrantes sin autorización para residir en el país.
“Esperamos que tome realmente una iniciativa en ese asunto”, expresó Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta del Consejo Nacional de La Raza.
Sonriente, Hillary compartió unos momentos con descendientes que en su mayoría no apoyaron a Miitt Romney durante las elecciones pasadas, en 2012. Sólo el 27% de los hispanos lo hicieron. En medio de estudiantes Hillary les felicitó por formar parte de una comunidad que ha ayudado “históricamente” a los Estados Unidos, de esa forma “el país” les debe de tender las facilidades para otorgarles la ciudadanía. Hillary acotó su deseo a los familiares de los estudiantes que ya tienen permiso de residencia.
Clinton ha respaldado la frustrada propuesta de Obama en procura de una reestructuración inmigratoria profunda, incluso una vía a la ciudadanía para los inmigrantes en situación irregular, y apoyó el anuncio presidencial del año pasado que detuvo las deportaciones para determinados inmigrantes.
La campaña de la aspirante anticipó que hablará sobre la necesidad de ajustar el sistema inmigratorio para incluir “un camino pleno y equitativo a la ciudadanía” y que argumentará que la nación no debe aceptar propuestas que dejen a una población trabajadora en una situación de “segunda clase”.
El exgobernador de Arkansas Mike Huckabee se sumó a la ya larga lista de republicanos que han anunciado sus intenciones de ser el próximo candidato a la Presidencia, convirtiéndose así en el sexto conservador que luchará por ser el próximo inquilino de la Casa Blanca. Huckabee, que ya se presentó a las primarias de 2008 en las que perdió contra el senador John McCain, escogió su localidad natal Hope (Esperanza) para hacer públicas sus intenciones.
Tras hacer un recorrido por su experiencia como político, como gobernador y como padre de familia, facetas todas ellas que ha desarrollado desde esa localidad, aseguró que no podía ser otro lugar desde el que anunciara su candidatura.