El titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, negó hoy haber encubierto el caso de los soldados franceses que violaron a niños en República Centroafricana a cambio de comida y dinero.

 

En rueda de prensa en Ginebra, Zeid afirmó que cualquier sugerencia de que haya encubierto estos hechos “es tan indignante. ¿Por qué debería siquiera haber sido elegido como alto comisionado para los Derechos Humanos si pudiera hacer algo así?”

 

Asimismo, se mostró sorprendido por el hecho de que el gobierno francés no haya realizado investigaciones sobre dichas violaciones contra los niños que estaban en un campamento improvisado para desplazados, cerca del aeropuerto, y cuya misión era protegerlos.

 

Entre mayo y diciembre de 2013, fuerzas del ejército francés fueron desplegadas a Bangui para proteger a la población civil de la ola de violencia y cruentos combates entre cristianos y musulmanes.

 

Los soldados franceses no pertenecían a una misión de paz de la ONU y tampoco el campamento en el que se encontraban las víctimas era del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

 

“Es lamentable la forma en que el peso de la responsabilidad se ha desplazado casi por completo a la ONU, cuando el periodo investigado fue de cinco meses”, dijo Zeid al referirse a que en todo ese tiempo el gobierno francés no llevó a cabo ninguna investigación al respecto.

 

“Alguien sabía (…) alguien sabía y no informó. ¿Quién era esa persona y por qué no se hizo ahí una investigación nacional?”, cuestionó.

 

En junio de 2014, equipos de investigadores de la ONU realizaron entrevistas a 10 niños de entre 9 y 11 años, quienes explicaron que fueron sodomizados por soldados franceses a cambio de comida y dinero.

 

Las notas preliminares con los nombres de los niños fueron entregadas al gobierno francés por el jefe de operaciones del ACNUDH, Anders Kompass, pero se desconocen las razones por las que lo hizo infringiendo los protocolos de conducta de la ONU.

 

Según Zeid, él se enteró de lo sucedido en noviembre de 2014, pero no fue sino hasta el 6 de marzo pasado cuando tuvo conocimiento de que Kompass fue quien filtró el reporte a los franceses, por lo que pidió la renuncia del funcionario sueco, quien se negó a hacerlo.

 

Kompass alega haber informado sobre la situación a la alta comisionada adjunta, Flavia Pansieri, en agosto de 2014, pero también es una interrogante por qué ella guardó silencio al respecto.

 

La solicitud del titular del ACNUDH de iniciar una investigación interna sobre Kompass inició el 9 de abril pasado y ocho días después, el funcionario fue suspendido.

 

Poco después, una organización no gubernamental entregó el reporte al diario británico The Guardian que lo divulgó el 29 de abril.

 

Fue solamente hasta esa fecha cuando el gobierno de París afirmó que se había iniciado una investigación sobre el caso, en julio del año pasado, de la que la opinión pública no tenía conocimiento.

 

El pasado 7 de mayo, el tribunal interno de la ONU encargado de investigar el caso de Kompass y su eventual despido, consideró que la suspensión del funcionario del ACNUDH no cumplía cuestiones de procedimiento, por lo que el funcionario sueco fue reinstalado en sus funciones, mientras la investigación interna sigue su curso.  DEC