El crecimiento de la industria de la seguridad privada a nivel internacional se debe a dos factores: a la incapacidad del Estado de dar seguridad o al gran número de bienes que cuidar, aseguró el especialista Mario Arroyo Juárez, consultor y capacitador en seguridad para el gobierno federal y organismos privados.

 

En México influyen los dos factores. Aunque el País crece a tasas menores al 4% anual la industria registra un crecimiento de entre 8 y 1%, pero sin control ni registros confiables, lo que permite que muchas operen en la legalidad.

 

“En nuestro País, la Cámara de Comercio de Estados Unidos o asociaciones como el Consejo Nacional de Seguridad Privada, estiman que estamos creciendo a un ritmo anual entre 8 y 12% (en la industria) cuando el País viene creciendo a tasas menores al 4%.

 

“El número estimado de guardias privados es alrededor de 500 mil personas y casi van a  la par de las policías de seguridad pública. Un parámetro que tienes en un país para saber de qué tamaño es la seguridad privada es preguntarte cuántos policías de carácter público hay y cuántos privados, y en México la relación es uno a uno”, explicó Arroyo Juárez en entrevista.

 

Aunque la tendencia internacional es la privatización de la seguridad, en Canadá, por ejemplo, por cada policía hay tres guardias privados; en el caso de México no hay un registro común para que las empresas que brindan el servicio operen en la legalidad, lo que permite el surgimiento de empresas ‘patito’ que ante la falta de capacitación ponen en riesgo los bienes y las personas con las que trabajan.

 

En nuestro País hay un registro federal que se hace ante la Comisión Nacional de Seguridad, a través de una dirección general de seguridad privada. Dicho registro lo establece la ley para aquellas empresas que tienen funciones en más de dos entidades de la República.

 

Pero también existen registros en cada entidad que no necesariamente están homologados con el nacional y tampoco comparten información.

 

“A nivel federal son menos de mil empresas que están registradas, pero por otro lado tienes 31 entidades y el Distrito federal, que cada una tiene su propio registro y ahí es donde se sale de control el número de empresas, porque no necesariamente de estas tiene conocimiento la entidad federal, y a eso hay que agregarle el número de empresas que operan fuera del marco de la ley y sin ninguno de estos dos registros.

 

“No hay una base común; por ejemplo en Coahuila, en un censo de hace dos años, se detectó que 65% de las empresas que usan los empresarios no tenían ni siquiera un registro estatal. A veces, no hay consciencia de los empresarios y ven a la seguridad privada como un suplemento no importante de su propia seguridad. Hay que ser más selectivos y rigurosos”, alertó el especialista en reducción del delito.

 

Debido a la falta de una Ley Nacional de Seguridad Privada, que sigue en revisión en la Cámara de Senadores desde hace dos años, sólo hay estimaciones en cuanto al número de empresas privadas y de guardias privados e incluso las empresas con registro local pueden tener  delincuentes infiltrados.

 

Se calcula que alrededor de 500 mil personas trabajan en dichas empresas y el número va a la par de la cantidad de policías de seguridad pública que hay en todas las corporaciones del País.

 

“Tan sólo de servidores públicos y seguridad privada hay un millón de personas que trabajan en la seguridad. El sector pertenece a la Canacitra, aunque el sector ha querido tener desde hace 15 años su propia cámara, no se ha podido lograr”.

 

“Vienen  normas de la Secretaría de Hacienda y del SAT, una certificación NEEC, hay una nueva modalidad de agentes económicos autorizados, donde uno de los requisitos para ser exportador va a ser que tu empresa de seguridad cuente con esta certificación”, subrayó Arroyo Juárez para alertar la urgencia de que la propuesta de ley avance.

 

Se recomienda que para contratar seguridad privada se haga con aquellas que tienen el registro federal, porque son las más sólidas en el mercado y son parte de corporativos trasnacionales que normalmente invierten en capacitación de su personal y equipamiento.

 

 

 

Advierten de capacitación policial “patito”

 

Aunque cada año los municipios gastan millones de pesos en capacitación y tiro, en México hay varias empresas “patito” en la industria que no dan el entrenamiento correcto a los uniformados, coincidieron Cristian Jiménez y Gonzalo Senosiain, directores de Ludus PMC y Combat MF, empresas especializadas en instrucción y formación de tiradores.

 

Todas las compañías que imparten cursos para corporaciones policiacas deben estar registradas en la Comisión Nacional de Seguridad, pero no todas están al día en capacitación y técnicas modernas e incluso aplican métodos de hace 45 años porque la Comisión no lo exige.

 

“Te piden que cumplas requisitos con estándares de 1970. Los filtros que colocan no son suficientes, no están actualizados y piden temas que no son necesarios; el último filtro que acaban de colocar: tienes que ser mexicano por nacimiento. Lo que saca de tajo a muy buenos elementos que vienen de otros países a hacer muy buen trabajo y no era tan necesario meter ese filtro”, aseguró Jiménez.

 

“Las pruebas que te ponen a realizar en ese registro no son indicativo de nada,  si acaso será el indicativo de que le puedes pegar a una hoja de papel a cinco metros, pero hacerlo no significa que tengas las herramientas adecuadas necesarias para enseñarle a alguien a disparar o tampoco significa que tengas las herramientas necesarias para enseñarle a alguien a sobrevivir en una situación de enfrentamiento”, enfatizó.

 

Los especialistas, quienes han entrenado a policías municipales, escoltas privados y elementos del Estado Mayor Presidencial, advierten que a pesar de que existen cursos muy buenos, hay policías que siguen sin saber tirar, lo que pone en riesgo su vida y la de otras personas.

 

Parte del problema se debe a que las personas encargadas de contratar el servicio para los agentes llevan parte de la contaduría municipal, pero nunca han disparado un arma y no se asesoran. Los recursos provienen del Subsidio para la Seguridad Municipal (Subsemun).

 

“En el país se gasta mucho dinero en capacitación policial, pero hacen falta instructores de calidad. Se gasta mucho en entrenamiento viejito, con muy buenas intenciones, pero mal impartido y muchas veces no es culpa del instructor porque él enseña lo que cree es lo mejor”, resaltó Senosiain.

 

Cristian Jiménez informó que ambas empresas entrenan a más de dos mil policías de los tres niveles de gobierno al año, quienes representan la mitad de su clientela.

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