Pues digan lo que digan los analistas financieros, los malosos y los catastrofistas, México está utilizando la estrategia correcta para enfrentar la “tormenta financiera” que vendrá cuando Estados Unidos decida bajar las tasas de interés. Mejor aún: si logra sortearla, el futuro económico será promisorio.
En pocas palabras, eso fue lo que dijo Anders Borg, presidente del Foro Económico Mundial -que tuvo lugar en México la semana pasada-, quien calificó de correcta la política económica que ha seguido la administración del presidente Enrique Peña Nieto. ¡No es momento para las complacencias, sino de poner la casa en orden para sobrevivir!, advirtió. Y, a su juicio, eso es precisamente lo que está haciendo Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con una clara estrategia basada en tres pilares:
-Apegarse a los fundamentos macroeconómicos: este no es el momento de abandonar las reglas fiscales.
-Los bancos centrales tienen que estar preparados para proporcionar liquidez a los mercados si se observan grandes salidas de capital, mientras que se debe dejar que la moneda desempeñar su papel como amortiguador.
– Las reformas estructurales deben ser reforzadas.
En un artículo titulado “Tres maneras para que América Latina pueda convertir una crisis en algo positivo” -que podrían considerarse como las conclusiones del mencionado evento-, el señor Borg afirma que la política económica debe ser siempre pragmática.
Es prudente utilizar la política fiscal para estabilizar la demanda; tiene que ser flexible para evitar altos costos sociales en términos de desempleo y la exclusión social. Recordó que los mercados están lejos de ser racionales, por lo que cuando la estampida de inversionistas corre a la puerta de los mercados con liquidez, puede haber algunos daños colaterales. Por eso, es mejor ser prudente, mantener la pólvora seca y evitar verse obligados a aplicar medidas de austeridad cuando la demanda ya está débil, recomendó el experto.
El mayor riesgo en una situación en la que los mercados están más nerviosos es depender de las inversiones en la bolsa de valores, en lugar de inversiones reales en plantas y líneas de producción. Si el espacio fiscal se limita, la forma más eficaz de atraer la inversión extranjera directa es abrir nuevos sectores para disminuir las barreras de ingresos. Si se acelera la reforma del sector energético (en el caso de México) se pueden atraer nuevas inversiones a gran escala, como se discutió en las reuniones del Foro Económico Mundial. México ha recibido elogios merecidos por sus reformas del sector energético. Ahora es el momento adecuado para reforzar e intensificar esas ambiciones, recomendó.
Y se refirió a una lección que aprendió en la crisis del 2008:
Si los gobiernos sospechan que una crisis podría venir es mejor comunicarlo por adelantado; no ocultarla porque se pueden quedar atrapados tratando de exagerar la fuerza de la economía. Entonces se corre el riesgo de socavar la credibilidad, algo que se va a necesitar urgentemente cuando las cosas se ponen difíciles.. La mejor estrategia política, es “tomar al toro por los cuernos”, quiso decir. Definir claramente el problema y delinear los pasos necesarios para hacerle frente.
Está claro que muchas cosas han cambiado para bien en América Latina durante las últimas décadas; ya nada es como antes, diría el columnista. La democratización, afirma Borg, ha traído gobiernos más fuertes y una mayor estabilidad política. La democracia existe, como en otros lugares.
América Latina puede estarse dirigiendo a un período difícil, pero si México supera la tormenta, fortalece sus instituciones y sigue haciendo lo correcto, podría tomar la delantera entre las economías emergentes. ¡No hay que dejar pasar una buena crisis; hay que aprovecharla!, sugirió Anders Borg.