OVIEDO. La economista francesa Esther Duflo, una de las expertas más influyentes en el ámbito de los programas de erradicación de la pobreza, fue galardonada hoy con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015, al que optaban veintiséis candidaturas procedentes de once países.
Duflo es catedrática de Economía del Desarrollo y de Reducción de la Pobreza en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ha centrado su carrera en investigar la reducción de la pobreza y en aspectos microeconómicos de países en vías de desarrollo.
La economista premiada se impuso en la última ronda de votaciones al filósofo estadunidense Michael Sandel, y se convirtió en la cuarta mujer que obtiene el premio de Ciencias Sociales.
El jurado consideró que Duflo ha aplicado con originalidad métodos experimentales para evaluar la eficacia de las políticas contra la desigualdad económica y social, especialmente en África, Asia e Iberoamérica, y ha renovado el diseño de estrategias en la educación, la salud, las microfinanzas y el empleo.
Tímida, reservada y alérgica a los focos de la vida pública, esta economista que tiene también la nacionalidad estadounidense, ha mostrado su capacidad para aplicar al mundo real sus teorías de la lucha contra la pobreza.
Su rostro saltó a la luz en Francia cuando en 2013 el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la incluyó en su exclusivo comité presidencial para el desarrollo, el arma con el que pretendía promover las ideas para acabar con las desigualdades.
Esta decisión supuso la consagración del “Laboratorio de Acción contra la Pobreza”, que fundó hace doce años en el MIT junto a los economistas indios Sendhil Maullainathan y Abhijit Vanayak Banerjee -su pareja, con la que tiene un hijo-, un ámbito en el que la teoría no se quedaba en los libros sino que salía a la realidad para confrontarse a los desafíos del mundo que pretendía transformar.
“La clave está en saber cómo hay que gastar el dinero, no cuánto”, señalaba en su libro “Repensar la pobreza”, donde ofrecía sus teorías sobre su divorcio de la macroeconomía en favor de la aplicación de sus tesis en las que situaba en el punto de mira a los mil millones de seres humanos que viven con menos de un dólar al día.
En ese laboratorio, financiado por un multimillonario saudí, Duflo llegó a conclusiones como que ofrecer un saco de lentejas a una familia de campesinos indios del Rajastán que acudían a vacunar a sus hijos se mostró como un método eficaz, lo que reflejaba que, tras medio siglo gastando dinero en los países pobres, nadie se había preocupado de verificar “si funciona o no, cómo y por qué”.
El laboratorio que impulsó en el MIT, está formado por una red de 117 profesores afiliados de todo el mundo que dirigen las investigaciones y evaluaciones aleatorias, por lo que son conocidos como los “randomistas”, de random, aleatorio en inglés.
Con oficinas regionales en África, Europa, Iberoamérica y Caribe, Sureste Asiático, Asia y Norteamérica, ha formado desde su creación a más de 4.000 personas y ha desarrollado 376 evaluaciones en 52 países de todo el mundo.
Compañera de estudios del también economista francés Thomas Piketty, otro de los candidatos al premio, Duflo se define como de “izquierda pragmática” y rechaza el discurso “de la derecha” de que el problema del subdesarrollo se asienta en el mal gobierno y lo considera “un argumento para no hacer nada o reducir presupuestos”.
El premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales no recaía en un economista desde que se concedió en 2004 al estadounidense Paul Krugman, que obtuvo cuatro años después el Premio Nobel de Economía.
En ediciones anteriores el galardón de Ciencias Sociales se concedió, entre otros, al hispanista francés Joseph Pérez, la socióloga holandesa Saskia Sassen, David Attenborough, Tzvetan Todorov, Mary Robinson, Paul Krugman o Jurgen Habermas.
La entrega de los Premios Princesa de Asturias, que lleva el título del heredero de la Corona de España, tendrá lugar en el mes de octubre en Oviedo (norte), en un acto presidido por los reyes Felipe VI y Letizia. DEC